Adoro a Govinda, el Señor Original. Aquellos que, bajo la influencia de la ira, la pasión amorosa, la amistad natural, el miedo, el afecto paternal, la ilusión, la veneración o una actitud de servicio espontáneo, meditan en Govinda, ganan el cuerpo que corresponde a la naturaleza de su contemplación.
Adoro a ÅšvetadvÄ«pa, una morada trascendental cuya tierra es de piedra filosofal y en cuyos bosques abundan los árboles deseados. Allí, el agua es néctar, cada palabra compone una melodía, cada paso una danza; la flauta es la compañera favorita del Señor. De las vacas sin número emanan interminables océanos de leche. El resplandor de esta estrella está impregnado de dicha trascendental y sus entidades espirituales supremas son todas exquisitas. Las Lakshmis, esposas amorosas, en su esencia pura ofrecen un servicio amoroso a Krishna, su único amor. El paso del tiempo es desconocido: no se puede hablar del pasado ni del futuro. En este mundo de la materia, pocas almas realizadas conocen este Reino llamado Goloka.
A Krishna, Dios, la Persona Suprema le gusta ser glorificado o rezado de la misma manera que Brahma.
El Señor Supremo dijo:
«Oh Brahma, sabe que las oraciones que has cantado a la gloria de Mis Actividades divinas, las penitencias a las que te has sometido para conocerme, así como tu inquebrantable fe en Mí, son de Mi absoluta gracia».
«Ves que estoy muy satisfecho con la alabanza que has hecho de Mis Atributos Divinos, que parecen materiales a los ojos de los profanos. Te doy todas las bendiciones en tu deseo de glorificar a todos los planetas con tus acciones».
«Todo hombre que reza como Brahma, y así me adora, pronto tendrá todos sus deseos cumplidos por Mi gracia, porque Yo soy el Maestro de todas las bendiciones».
Renovemos nuestro vínculo con Dios.
El propósito de la vida es la realización espiritual y la restauración de nuestra relación olvidada con Krishna, Dios, la Persona Suprema. Si queremos restablecer nuestra relación con Dios, primero debemos purificar nuestro corazón. Cantando Haré Krishna en todo momento, la oscuridad que vela nuestra verdadera identidad espiritual se desvanecerá y nuestro corazón se volverá puro. Entonces se nos revelará nuestra posición natural y original.
Ningún método de realización espiritual para la época actual podría ser más sublime que este canto sánscrito: