Dios nos pide desde hace milenios que busquemos su presencia benéfica, salvadora y dichosa, que escuchemos su palabra, que respetemos y apliquemos su guía, para que podamos volver a la verdadera tierra prometida donde está nuestra verdadera morada original en su reino de conocimiento, de dicha y de eternidad.
La verdadera vida está en el reino absoluto de Dios, y la verdadera felicidad se encuentra con Krishna, Dios, la Persona Suprema, en su compañía y sólo en su contacto.
Krishna, Dios, la Persona Suprema dice:
«Aquel que no tiene envidia de nada, que se comporta con todos como un amigo benévolo, que no se cree poseedor de nada, que está libre del falso ego y que tanto en la alegría como en la tristeza sigue siendo el mismo, que, lleno de perdón, conoce siempre el contento, que con determinación se dedica al servicio devocional y cuya mente e inteligencia están en sintonía conmigo, es muy querido por mí».
«Aquel que nunca causa agitación a los demás y que tampoco se ve perturbado por la agitación, que no se ve afectado por las alegrías o las penas, es muy querido por Mí. Aquel que no depende en absoluto de las modalidades de acción material, el ser puro, experto en todo, libre de ansiedad, libre de sufrimiento, y que no busca el fruto de sus acciones, él, Mi devoto, es muy querido por Mí. Aquel que no se apodera de la alegría ni de la tristeza, que no se aflige ni codicia, que renuncia tanto a lo favorable como a lo desfavorable, él, Mi devoto, es muy querido por Mí. Aquel que hacia el amigo o el enemigo es igual, e igual ante la gloria o la desgracia, el calor o el frío, la alegría o la pena, la alabanza o la culpa, que está siempre libre de contaminación, silencioso, satisfecho con todo, despreocupado del alojamiento, y que, establecido en el conocimiento, Me sirve con amor y devoción, es muy querido para Mí».
«Aquel que, lleno de fe, entra en este camino imperecedero del servicio devocional y me convierte en la Meta suprema, me es infinitamente querido».
«Sólo sirviéndome con amor y devoción indivisibles se puede conocerme tal como soy, de pie ante ti, y en verdad verme. Así, y sólo así, se puede penetrar en el misterio de mi Persona».
«Por tanto, haced sin descuidar lo que os he mandado. Quien actúe de acuerdo con Mis mandatos alcanzará toda la buena fortuna, dondequiera que esté».
«Esta es la herencia que ellos (los santos hombres y mujeres siervos de Dios) tendrán: yo seré su herencia. No les darás ninguna posesión, porque yo seré su posesión».