Así es como debemos orar y glorificar a Dios.
Brahma, el demiurgo, el regente de nuestra galaxia y el primer ser creado glorifica a Dios con estas palabras:
Adoro a Govinda (Uno de los innumerables Nombres de Dios), el Señor Original, el primero de los ancestros, él guarda las vacas y satisface todos los deseos. Sus palacios están hechos de gemas espirituales rodeadas de millones de árboles de los deseos. Interminables laká¹£mÄ«s y gopÄ«s le sirven para siempre con gran reverencia y el más profundo afecto.
Me encanta Govinda, el Señor Original, que toca su flauta maravillosamente. Su rostro irradia belleza y sus ojos florecen como pétalos de loto. Su piel es tan azul como las nubes, los penachos de pavo real coronan su cabeza, su gracia indescriptible encanta a millones de cupidos.
Amo a Govinda, el Señor Original, que siempre se deleita en las diversiones del amor. Una guirnalda de flores silvestres realzada por un medallón en forma de luna cuelga de su cuello y adornos enjoyados adornan sus manos, donde baila su flauta. Se manifiesta eternamente en su grácil forma de ÅšyÄmasundara, que dibuja tres líneas curvas.
Adoro a Govinda, el Señor Original, cuya forma sublime es toda dicha, verdad y realidad e irradia el más perfecto esplendor. Cada uno de los órganos de Su cuerpo espiritual tiene la capacidad de realizar plenamente las funciones de todos Sus otros miembros. Vigila eternamente los infinitos universos, tanto espirituales como materiales, que crea y mantiene.
Yo adoro a Govinda, el Señor Original, que es inaccesible mediante el estudio de los Vedas, pero que es fácilmente alcanzado por el alma que le sirve con devoción pura y sin mezcla. Él es el Absoluto, el Único sin segundo, no sujeto a la decadencia; Él mismo, en su forma infinita, no tiene ningún origen ya que es la causa original y el Señor Eterno; y sin embargo, posee nada menos que la belleza de la juventud en su flor.
Amo a Govinda, el Señor Original, a quien los trascendentalistas que, en busca de la trascendencia, se dedican a las prácticas de control de la respiración, controlando su respiración; y los espiritualistas que se esfuerzan por descubrir el Ser Espiritual indiferenciado rechazando toda la materia, después de miles o incluso millones de años de esfuerzo incesante, sólo pueden tocar la punta de los dedos de sus pies-en-el-loto.
Yo adoro a Govinda, el Señor Original que forma un todo no diferenciado ya que Sus energías no difieren de Su persona. En Él derivan su existencia los innumerables