que siempre que surge alguna dificultad en la gestión del orden universal, los seres celestiales acuden a Visnu en el océano de leche y le expresan sus quejas. Incluso Brahma y Siva, que son Avatares ellos mismos, adoran a Visnu; esta es la razón por la que se les considera seres celestiales y no el Señor Supremo mismo. Los que adoran a Sri Visnu son llamados seres celestiales, y los que se niegan a hacerlo son llamados seres demoníacos. Visnu siempre se pone de parte de los seres celestiales, pero Brahma y Siva a veces se ponen del lado de los seres demoníacos; no es que compartan sus intereses, pero si a veces actúan así, es sólo con el fin de poner a los seres demoníacos bajo su control.

El Señor apareció por primera vez al principio de la creación en forma de los cuatro Kumaras, hijos de Brahma, el demiurgo, el primer ser creado con poderes por Dios para gobernar el universo. Bajo un voto de estricto celibato, emprendieron severas austeridades para realizar la Verdad Absoluta.

El universo material (la galaxia material) se crea, se mantiene y luego se aniquila a intervalos regulares. Y estas diversas creaciones tienen diferentes nombres, según los diferentes Brahmas que las administran, siendo cada uno el padre de todos los seres de la creación que gobierna. Los Kumaras, de los que habla nuestro verso, y que pertenecen a los Avatares con poder, aparecieron en la creación de Kaumara; para mostrarnos el camino hacia la realización del Ser Espiritual, se sometieron a una disciplina muy severa, acompañada de una estricta continencia. Pero antes de someterse a esta disciplina, todos ellos se convirtieron en sabios eruditos cualificados; esto nos permite comprender que antes de emprender el camino de la realización del Ser Espiritual, hay que adquirir de forma concreta las cualidades de la santidad, del sabio erudito, que no se poseen por el mero hecho de haber nacido en una familia de sabios eruditos.

La segunda manifestación del beneficiario final de todos los sacrificios fue el Avatar Jabalí, que, para salvar la Tierra, la sacó de las regiones más bajas del universo.

Las escrituras indican la misión particular de cada uno de los Avatares. Todos los Avatares tienen una misión específica, que siempre pertenece al orden de lo maravilloso. Ningún ser ordinario podría mostrar tales hazañas.

La misión del Avatar Jabalí era sacar a la Tierra de las regiones plutonianas, las regiones inferiores insalubres. El jabalí es el ser que mejor sabe hurgar en el fango, y el Señor Todopoderoso manifestó este poder ante los seres demoníacos que habían enterrado la Tierra en esos lugares impuros. Nada es imposible para Dios, y aunque haya tomado la forma de un jabalí, sus devotos siguen adorándolo, porque sigue siendo siempre sublime.

El siguiente Avatar que apareció en la era de los sabios y fue dotado de poderes fue Devarsi Narada, un gran sabio entre los seres celestiales, hijo de Brahma. Recogió entonces las afirmaciones de los Vedas, las sagradas escrituras originales, «el