aquello que explica el universo de forma clara y detallada, a través del análisis de los elementos materiales.
El Avatar Kapila guía a las almas caídas y las enriquece con conocimiento y devoción para que puedan regresar a Dios. El Señor Kapila apareció en la tierra para dar conocimiento espiritual a las almas condicionadas y perdidas.
El siguiente Avatar fue el hijo del sabio Atri. Nacido, en respuesta a su oración, del vientre de Anasuya, desarrolló la ciencia espiritual ante figuras como Alarka, Prahlada y otros [Yadu, Haihaya…].
El Señor apareció así, esta vez, en la forma de Dattatreya, hijo de Atri Rsi y Anasuya. Anasuya, la esposa de Atri Rsi, dirigió la siguiente oración a Brahma, Visnu y Siva:
«Si he podido satisfaceros, señores míos, y si queréis que os pida alguna bendición, por favor, que los tres seáis míos en un solo hijo».
Su petición fue aceptada, y así apareció Dattatreya, que difundió la ciencia del alma e instruyó especialmente a Alarka, Prahlada, Yadu, Haihaya…
El siguiente Avatar fue Yajna, hijo de Prajapati Ruci y Akuti, su esposa. Gobernó ayudado por seres celestiales como Yama, su hijo, y otros durante la era de Svayambhuva Manu.
Las funciones administrativas de los seres celestiales responsables de mantener el orden universal se confían a seres con las más altas virtudes devocionales. Sin embargo, si faltan tales seres virtuosos, el Señor mismo aparece en la forma de Brahma, Prajapati, Indra, etc., y ocupa sus respectivos puestos. Así, durante la era de Svayambhuva Manu (ahora vivimos en la era de Vaivasvata Manu), ningún ser era apto para desempeñar las funciones de Indra, el rey de Indraloka, el planeta celestial. Por lo tanto, el Señor se convirtió en Indra mismo, y asistido por sus hijos, incluyendo a Yama, y otros seres celestiales, dirigió, bajo el nombre de Yajna, los asuntos del universo.
El siguiente Avatar fue Rsabha Maharaja, hijo del Rey Nabhi y su esposa Merudevi. A continuación, estableció el camino de la perfección, que es seguido por todos aquellos que tienen un perfecto control sobre sus sentidos y honrado por todos los sectores de la sociedad.
La sociedad humana tiene ocho divisiones naturales. Cuatro están relacionados con las ocupaciones de los seres: el grupo de los intelectuales, el grupo de los dirigentes políticos, el grupo de los comerciantes y agricultores, y el grupo de los trabajadores; los otros cuatro se relacionan con su evolución espiritual: el grupo de los estudiantes, el grupo de los jefes de familia, el grupo de los que se han retirado de la vida familiar y social, y el grupo de los que han abrazado el orden de la renuncia. De todos estos grupos, el de los sabios, que viven en la renuncia, es considerado el más elevado,