Aunque alguien Me adore en Mi forma de murti, siguiendo los ritos y con los artículos apropiados, jamás podrá satisfacerme si ignora Mi presencia en cada ser.
Mientras cumple con sus deberes, el hombre debe adorar el murti, la forma arca [La forma personal de Dios manifestada a través de varios elementos materiales como pinturas, estatuas de madera, estatuas de piedra, de Krishna adorado en templos o en casa. Realmente presente en esta forma, el Señor recibe la adoración que Le ofrecen sus devotos] del Señor Supremo, hasta que se da cuenta de Mi presencia en su propio corazón como en el de todos los demás seres.
A través del fuego abrasador de la muerte, infundo miedo aterrador en cualquiera que haga la más mínima distinción entre sí mismo y otros seres debido a diferencias externas.
Entonces, con dones caritativos y una actitud benévola, comportándose de manera amistosa y mirando a todos los seres con el mismo ojo, se debe ganar el favor de Mí, Yo que vivo en cada ser como su Alma misma.
Los seres animados son superiores a los objetos inertes, y entre ellos, están más evolucionados aquellos en los que se manifiestan los signos de la vida. En cuanto a los animales dotados de una conciencia desarrollada, son mejores que éstos, y por encima de ellos están los seres dotados de una percepción sensorial desarrollada.
Entre los seres sintientes, los que han desarrollado el sentido del gusto están por encima de los que sólo han desarrollado el sentido del tacto. Pero superiores a ellos son los que pueden sentir, y aún superiores a los que pueden oír.
Los seres que pueden distinguir diferentes formas son superiores a los que perciben sonidos. Más altos que ellos son los que tienen mandíbulas llenas de dientes, y aún más altos son los que tienen muchas piernas. Pero superiores aún son los cuadrúpedos, y sobre todo, los humanos.
Entre los humanos, aquellos cuya organización social se basa en las cualidades y actividades de cada uno, prevalecen sobre los demás, y dentro de tal sociedad, los hombres inteligentes, a los que se denomina «sabios eruditos», son los más evolucionados. Pero aún debemos distinguir como los mejores entre los sabios eruditos a aquellos que han estudiado los Vedas (las sagradas escrituras originales, también llamadas «el verdadero evangelio»), y entre ellos, el que conoce el verdadero propósito de los Vedas es el más elevado.
Sin embargo, por encima del sabio que conoce el propósito de los Vedas está el que puede disipar todas las dudas, y mejor que este último aún es el que se adhiere estrictamente a los principios espirituales. Pero aún más alto que esto brilla el alma liberada de toda contaminación material. En cuanto al devoto puro, que realiza servicio devocional sin esperar nada a cambio, los domina a todos.