Krishna], es el observador real, y Él es distinto del alma individual, que está unida con los sentidos, los cinco elementos y la conciencia.
El espiritista debe ver en cada manifestación un alma única, porque todo lo que existe procede de las diferentes energías del Ser Supremo. Así, el sabio debe ver a todos los seres con el mismo ojo, sin distinción alguna. Tal es la realización del Alma Suprema.
Así como el fuego se manifiesta en diferentes clases de madera, el alma puramente espiritual, bajo diferentes condiciones creadas por los tres atributos o formas de influencia de la naturaleza material; la virtud, la pasión, la ignorancia, se manifiesta en varios cuerpos.
Así, el espiritista puede convertirse en un alma realizada después de haber superado el hechizo insuperable de maya (la energía de la ilusión) que se presenta tanto como la causa como el efecto de la manifestación material y que resulta tan pronto como muy difícil de comprender.
El servicio devocional tiene muchos caminos, dependiendo de los rasgos característicos de quienes lo realizan.
El servicio devocional realizado por una persona envidiosa, orgullosa, violenta, colérica y separatista se coloca bajo el signo de la ignorancia.
En cuanto al separatista que adora los murtis (representaciones del Señor en el templo), animado por un deseo de disfrute material, fama y opulencia, se dice que su devoción proviene de la pasión.
Cuando un sabio adora al Señor Soberano y le ofrece los frutos de sus obras para liberarse de la corrupción ligada a la acción egoísta, su devoción pertenece a la virtud.
El servicio devocional puro y sin adulterar se manifiesta cuando la mente del sabio se siente instantáneamente atraída a escuchar el nombre y los atributos espirituales y absolutos del Señor Soberano, que mora en el corazón de cada ser. Así como el agua del Ganges fluye naturalmente hacia el océano, ese éxtasis devocional que no interrumpe ninguna condición material, fluye libremente hacia el Señor.
El ser santo puro no acepta ninguna forma de liberación, ya sea salokya, sarsti, samipya, sarupya o ekatva, incluso si se las ofrece el mismo Señor Soberano.
Las cinco formas de liberación son:
Salokya, que permite vivir en el mismo planeta que el Señor.
Sarsti, permite beneficiarse de la misma opulencia que el Señor.
Samipya, hace posible convertirse en un compañero cercano del Señor.