Las gopis, jóvenes damiselas de Vraja [región de Mathura, que abarca unos doscientos sesenta kilómetros cuadrados, donde el Señor Supremo, Krishna, manifestó Sus sublimes entretenimientos hace 5.000 años en compañía de Sus devotos puros. Es el principal lugar de peregrinación de todos los seres sagrados. También se refiere más directamente a Vrindavana], inconscientes de la verdadera identidad del Señor Krishna, lo consideraron como su amante que los complacería. Sin embargo, por el poder de su constante unión con Krishna, han alcanzado la Suprema Verdad Absoluta, que ni siquiera los grandes seres celestiales como Brahma pueden alcanzar. Las jóvenes de Vrindavana mostraban un apego tan profundo al Señor Krishna que sus mentes, rebosantes del éxtasis de estar con Él, percibían toda una noche pasada en su compañía como una fracción de segundo.
Sin embargo, cuando Akrūra (gran devoto de Krishna) llevó a Krishna junto con Baladeva (primera emanación plenaria de Krishna) a Mathurā, los gopīs pensaron entonces que cada noche sin Él tenía una duración igual a la de un milenio de seres celestiales. Atormentados por la separación del Señor Krishna, no podían imaginar nada que pudiera darles satisfacción que no fuera su regreso. Esta es la incomparable excelencia del amor puro de las gopis por Dios.
El Señor Supremo, Śrī Krishna [Sri: título de veneración unido al Nombre de Krishna, Dios, la Persona Suprema, pues posee en su plenitud y opulencia, las siguientes seis perfecciones: Belleza, Riqueza, Fama, Poder, Sabiduría y Renuncia], después de transmitir sus instrucciones a Uddhava [el amigo y consejero más confidencial del Señor Krishna], aconsejó que para alcanzar la Verdad Absoluta, éste debía abandonar toda consideración de religión e irreligión tal como se promulga en las sagradas escrituras reveladas y en su lugar tomar ejemplo de las gopis, las mujeres de Vrindavana.
Krishna, Dios, la Persona Suprema dice:
Al asociarse con Mis devotos puros, uno puede destruir su apego a todos los objetos de gratificación material de los sentidos. Tal unión purificadora Me pone bajo el control de Mi devoto. Uno puede llevar a cabo el método del yoga, entregarse al análisis filosófico de los elementos de la piedad, cantar los himnos de los Vedas, realizar penitencias, adoptar el orden de la renuncia (a la vida material), realizar actuaciones de sacrificio y cavar pozos, plantar árboles y realizar otras actividades de bienestar público, dar en caridad, realizar votos estrictos, adorar a los seres celestiales, cantar himnos confidenciales, visitar lugares sagrados o aceptar mandatos disciplinarios mayores y menores, pero incluso al realizar tales actividades, uno no se somete a su control.
En cada época [hay cuatro: la Edad de Oro, la Edad de Plata, la Edad de Cobre y la Edad de Hierro], muchas entidades vivientes enredadas en la pasión y la ignorancia han logrado asociarse con Mis devotos. Así, entidades vivientes como daityas (seres demoníacos), Raksasas (demonios caníbales de apariencia deforme), pájaros, bestias,