Gandharvas (cantantes y músicos celestiales), Apsaras (bailarinas celestiales, ángeles), Nagas (la raza de serpientes celestiales), Siddhas (seres perfectos) los Caranas (los habitantes de los planetas edénicos y celestiales), los Guhyakas (los fantasmas) y los Vidyadharas (los cantantes celestiales de voces melodiosas), así como los seres humanos de clase baja, como los comerciantes, los agricultores, los trabajadores, las mujeres y otros, pudieron llegar a Mi morada suprema. Virtrasura, Prahlada Maharaja y otros como ellos también llegaron a Mi morada asociándose con Mis devotos, al igual que personalidades como Virsaparva, Bali Maharaja, Banasura, Maya, Vibhisana, Sugriva, Hanuman, Jambavan, Gajendra, Kubja, las gopis de Vrindavana y las esposas de los sabios eruditos que realizaron sacrificios.

Las personas que he mencionado no han estudiado seriamente la literatura védica, ni han adorado a grandes santos, ni han realizado votos severos o austeridades. Simplemente a través de la unión conmigo y mis fieles devotos, han llegado a mí. Los habitantes de Vrindavana, incluyendo a las gopis, las vacas, las criaturas inmóviles como los arjunas gemelos (árboles de arjuna), los animales, las entidades vivientes con conciencia disminuida como los arbustos y las serpientes como Kaliya, todos han alcanzado la perfección de la vida a través del amor no disimulado por Mí, y así llegan a Mí muy fácilmente. Aunque uno se dedique con gran esfuerzo al sistema místico del yoga, a la especulación filosófica, a la caridad, a los votos, a las penitencias, a los sacrificios rituales, a la enseñanza de los himnos védicos a los demás, al estudio personal de los Vedas o a la orden de renuncia (a la vida material), todavía no puede realizarme.

Los habitantes de Vrindavana, liderados por las gopis, siempre estuvieron completamente unidos a Mí por un profundo amor. Por lo tanto, cuando Mi tío Akrura trajo a Mi hermano Balarama y a Mí a la ciudad de Mathura, los habitantes de Vrindavana sufrieron una angustia mental extrema debido a la separación de Mí y no pudieron encontrar ninguna otra fuente de felicidad. Todas esas noches que las gopis pasaron conmigo, su amado más querido, en la tierra de Vrindavana, parecieron pasar en menos de un instante. Desprovistas de Mi unión, las gopis sintieron que esas mismas noches se prolongaban eternamente, como si cada noche fuera igual a un día de Brahma, el demiurgo y primer ser creado [un día de Brahma equivale a 4 mil 320 millones (4.320.000.000) de años terrestres].

Al igual que los grandes sabios en trance debido al yoga se funden en la autorrealización, como los ríos que se funden en el océano y por lo tanto no son conscientes de los nombres y formas materiales, así las gopis de Vrindavana estaban tan completamente apegadas a Mí en sus mentes que no podían pensar en sus propios cuerpos, ni en este mundo, ni en su vida futura. Toda su conciencia estaba simplemente ligada a Mí.

Todos esos cientos de miles de gopis, tomándome por su amante más encantador y anhelando por mí de esa manera, no eran conscientes de mi verdadera posición. Sin embargo, al asociarse íntimamente conmigo, llegaron a Mí, la Suprema Verdad