Las más importantes eran: pusti, la energía del alimento, sri, la energía de la belleza, kirti, la energía de la reputación, y aja, la energía de la creación material. Estas son las energías invertidas en los gobernantes de este mundo, Brahma, Siva y Visnu, y los reyes de los planetas edénicos, Indra, Candra, Varuna y el ser celestial del Sol. En resumen, todos estos seres celestiales, investidos por el Señor con ciertas energías, están dedicados al servicio del amor absoluto ofrecido a Dios, la Persona Suprema. La forma de Maha-Visnu emana del Cuerpo de Krishna y Maha-Visnu es una emanación de una emanación completa de Krishna. Todas estas emanaciones son idénticas a Dios, la Persona Suprema, pero como Krishna había aparecido en este mundo para manifestar Sus entretenimientos bajo la apariencia de un ser humano, inmediatamente ofreció con Arjuna el homenaje de Su respeto a Maha-Visnu postrándose ante Él.

Si el Señor Krishna ofreció homenaje a Maha-Visnu, significa que lo hace por la única razón de que Él y Maha-Visnu son una y la misma persona. Esta actitud de Krishna ante Maha-Visnu, sin embargo, no corresponde al acto de adoración que a veces se recomienda a quienes se esfuerzan por alcanzar el mundo espiritual mediante el sacrificio del conocimiento. Krishna no necesitaba ofrecer su homenaje de esta manera, pero como el Preceptor Supremo, le enseñó a Arjuna la actitud respetuosa que se debe adoptar ante Maha-Visnu. Sin embargo, Arjuna se aterrorizó al ver esas formas gigantescas, inconcebibles desde el punto de vista material. Al ver a Krishna ofreciendo su homenaje a Maha-Visnu, lo imitó en el acto y se puso ante el Señor con las manos cruzadas.

Entonces el gigantesco Maha-Visnu, muy complacido, les dijo con una amable sonrisa: «Querido Krishna, querido Arjuna, deseaba intensamente veros a ambos, y por eso concebí el secuestro de los recién nacidos, que guardo aquí. Por eso esperaba verlos juntos en este palacio. Habéis aparecido en la galaxia material como manifestaciones de Mi Persona para aplastar el poder de los seres demoníacos que abruman al mundo. Ahora, habiendo dado muerte a todos estos seres indeseables, te ruego que vuelvas a Mí. Ambos son manifestaciones del gran sabio Nara-Narayana. Ambos encuentran su realización en sí mismos y, sin embargo, para proteger a los devotos, aniquilar a los seres demoníacos y, sobre todo, establecer en el mundo los principios de la espiritualidad para el mantenimiento de la paz y la tranquilidad, enseñan los principios sobre los que descansa la verdadera espiritualidad, para que la humanidad pueda caminar tras sus pasos y experimentar así la paz y la prosperidad».

Juntos, Krishna y Arjuna ofrecieron su homenaje a Maha-Visnu, y luego regresaron a Dvaraka por la misma ruta que habían tomado hacia el mundo espiritual. Arjuna seguía asombrado por su viaje al mundo espiritual, una odisea que debía a la misericordia de Krishna. Por la misma misericordia, pudo comprender que toda la perfección en la galaxia material es sólo una emanación de Su Persona, y que cualquier posición gloriosa que uno pueda asumir en el mundo se debe sólo a Su misericordia.