Despertar la conciencia de los seres de esta manera es el mayor servicio que uno puede prestarles, no pretender ser el mejor amigo de los demás. El poder de la amistad es limitado; podemos pretender ser un amigo, pero ¿hasta qué punto podemos ser un buen amigo?
Hay un número infinito de seres vivos, y nuestros recursos son muy limitados, por lo que no podemos ser de verdadera ayuda para la humanidad. El mejor servicio que podemos prestar al hombre será revivir su conciencia de Krishna, Dios, la Persona Suprema. Todo pertenece a Krishna, todo existe por Su placer y Él es el Amigo Supremo de todos los seres. Entonces se desvanecerá el sueño ilusorio en el que se ve a sí mismo dominando la naturaleza material. Es el deber de toda alma condicionada por la materia dirigir su conciencia impura, ahora apegada al placer material, hacia el servicio devocional, aplicándose a él con gran seriedad y desapego. De este modo, la mente y la conciencia serán perfectamente dominadas.
Es porque el ser piensa que tiene un derecho legítimo a la propiedad y al disfrute del mundo o porque se cree amigo de todos los seres que se condiciona por la materia. Y esta concepción ilusoria resulta de la meditación en los placeres materiales. Así, quien se cree el mejor amigo de sus conciudadanos, de la sociedad o de la humanidad en su conjunto, y que por ello se dedica a diversas actividades nacionalistas, filantrópicas y altruistas, en realidad sólo busca el placer egoísta. Los llamados humanistas o líderes de la nación no están al servicio de la humanidad, sólo sirven a sus sentidos, esto es un hecho. Pero el alma condicionada, perdida bajo la influencia de la energía material, no es capaz de entender esto. Por eso debemos dedicarnos muy seriamente al servicio devocional al Señor. Esto significa que uno debe dejar de pensar en sí mismo como poseedor o beneficiario de algo o como amigo y benefactor de alguien, y ser siempre consciente de que todo existe para el único placer de Krishna, el Señor Soberano.
Uno debe estar firmemente convencido de las siguientes tres verdades y tenerlas siempre presentes: todo pertenece a Krishna, Su satisfacción es el criterio último de toda acción y Él es el Amigo de todos los seres. No sólo hay que entender estas verdades para uno mismo, sino que también hay que tratar de convencer a los demás y así difundir la conciencia de Krishna. Una vez que uno se vuelve seriamente al servicio devocional ofrecido al Señor, la tendencia ilusoria a dominar la naturaleza material desaparece naturalmente. En lugar de tratar vanamente de gobernar la energía material, uno se dedicará a la conciencia de Dios, que es el verdadero dominio de la conciencia. Dado que los sentidos están siempre activos, deben ser utilizados en el servicio devocional. Nadie puede detener la actividad de los sentidos. Quien lo intente por cualquier medio artificial verá sus esfuerzos condenados al fracaso. A menos que la mente y la conciencia estén completamente absorbidas en el servicio devocional, siempre existe el peligro de que sean tomadas por los deseos de satisfacción material.