sus ocupaciones materiales, tiene que aceptar esta posición debido a sus acciones pecaminosas.
En este mundo material, toda acción, buena o mala, debe ser considerada como contaminada o errónea, debido a su conexión con la materia. El ser condicionado, privado de la razón, cree que está haciendo una obra de caridad al abrir hospitales o instituciones educativas para el bien material de los demás, pero no es consciente de que tales empresas también son erróneas, pues no le darán ninguna salida al fenómeno de la reencarnación.
En verdad, los llamados actos de virtud realizados en el mundo material pueden permitir al realizador renacer en una familia noble o en los planetas celestiales más elevados, entre los seres celestiales, pero tales actos también son erróneos porque no conducen a la liberación. Nacer en un buen lugar o en una buena familia no significa que uno vaya a escapar de las tribulaciones materiales, el nacimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte. El alma condicionada, en las garras de la naturaleza material, no puede entender que cualquier acción realizada por el placer de los sentidos es impura, y que sólo el servicio devocional al Señor puede liberarlo de las consecuencias de tales acciones. Así, al no poner fin a sus actos ilícitos, tiene que pasar de un cuerpo a otro, dentro de especies que a veces son altas y a veces las más bajas. Es muy difícil escapar del mundo material. Quien desea la liberación (liberarse de este mundo material) debe dirigir sus actividades hacia el servicio devocional ofrecido a Dios. No hay otra alternativa.
Aunque el alma es trascendente a la existencia material, su existencia en este mundo continúa interminablemente debido a su espíritu de dominio sobre la naturaleza. Como un sueño, experimenta todo tipo de malestar. El alma no tiene nada que ver con la naturaleza material, pero debido a su mentalidad dominante, está expuesta a las condiciones de la existencia material. Mientras el ser siga creyendo que puede disfrutar de los beneficios que le ofrece la materia, permanece condicionado; pero cuando recupera el sentido, comprende inmediatamente que el mundo no está hecho para su placer, porque el Señor Soberano es el único beneficiario de todo lo que existe.
Es el beneficiario de los frutos de todos los sacrificios y austeridades, el maestro de los tres mundos. También es el verdadero Amigo de todos los seres. Pero en lugar de dejar estas prerrogativas a Dios, la Persona Suprema, imaginamos que todo nos pertenece y existe para nuestro placer, y que somos los benefactores de todo. Con este espíritu, considerándonos amigos de la humanidad, realizamos obras filantrópicas. Uno puede afirmar que actúa por el bien mayor de la nación, y que es el mejor amigo del país y de su gente, pero en realidad nadie puede ser el mejor amigo de todos los seres excepto Krishna, su único amigo. Más bien, debemos tratar de elevar el nivel de conciencia de las almas condicionadas hasta el punto de que comprendan que Krishna es su verdadero amigo. En efecto, quien se hace amigo de Krishna nunca será engañado, y siempre obtendrá toda la ayuda que necesita.