Amigo Supremo que está en su propio cuerpo, deben ofrecerle su respetuoso homenaje.
El ser vivo, el ser espiritual encarnado, por ser de naturaleza espiritual, puede comprender todos los objetos materiales. Incluso puede, una vez que ha tomado conciencia de su verdadera identidad espiritual, conocer el Alma Suprema. Sin embargo, por muy avanzado que esté, no puede captar plenamente al Ser Supremo, la Persona de Dios, porque Él es ilimitado, y goza en su plenitud e infinidad de las seis perfecciones; belleza, riqueza, fama, conocimiento, poder y renuncia.
Con respecto a todos los seres, el Señor dice: «Todos siguen Mi camino, de una manera u otra, y según lo que se entreguen a Mí, en proporción los recompenso».
En todos los planetas de nuestra galaxia, así como en todas las galaxias del cosmos material, todos los seres vivos, incluidas las deidades maestras, están completamente subordinados a la voluntad del Señor. Se debaten como pájaros atrapados en una red, sin poder moverse libremente.
La diferencia entre los creyentes y los ateos es que los primeros saben que nada puede ocurrir si el Señor Soberano no quiere que ocurra, mientras que los segundos no pueden entender nada de la voluntad suprema de Dios. Nadie puede actuar de forma independiente, sino que todos actúan bajo la dirección de Dios, la Persona Suprema. Por lo tanto, la victoria y la derrota ocurren según las consecuencias del karma o de la acción interesada, y el Señor Supremo es el único juez en este asunto. Como actuamos bajo el dominio del Ser Supremo según nuestro karma, nadie, desde Brahma, el primer ser creado y gobernante de nuestra galaxia, hasta la insignificante hormiga, es independiente. Ya sea que seamos derrotados o victoriosos, el Señor Supremo siempre es victorioso, porque todos los seres actúan bajo Su guía.
El poder de nuestros sentidos, nuestro poder mental, nuestro vigor físico, nuestra fuerza vital, así como la inmortalidad y la mortalidad están sometidos a la autoridad suprema de Dios. Los necios que ignoran este hecho creen que el cuerpo, material e inerte, es la fuente de sus acciones.
Krishna, Dios, la Persona Soberana es el Maestro Supremo, conocido como Govinda: Su forma es toda la eternidad, el conocimiento y la dicha. Él es el origen de todo lo que es y no tiene otro origen que Él mismo, pues es la Causa de todas las causas.
Como todo depende de la voluntad de Dios, la Persona Suprema, nuestro único deber es rendirnos a Él y buscar su protección divina. Toda la manifestación cósmica se forma en cuanto Dios mira la energía material. Nada puede existir sin su supervisión y consentimiento.