Enteramente purificado por el intelecto, dominando la mente con determinación, renunciando a los objetos que dan placer a los sentidos, libre de apego y aversión, el hombre que vive en un lugar apartado, que come poco y controla el cuerpo y la lengua, que permanece siempre en contemplación, desapegado, sin ego falso (que no se identifica con su cuerpo, ni domina la materia o la naturaleza material), sin poder vano ni gloria, sin lujuria ni ira, que se cierra a las cosas materiales, libre de todo sentimiento de posesión, sereno, este hombre se eleva al nivel de la realización espiritual.
Aquel que alcanza el nivel espiritual, al mismo tiempo realiza al Ser Supremo, y encuentra infinita alegría en ello. Nunca se aflige, nunca aspira a nada; es igual a todos los seres. Entonces llega a servirme con puro amor y devoción.
Sólo a través del servicio devocional puedo ser conocido tal como soy. Y el ser que, mediante tal devoción, llega a ser plenamente consciente de Mi Persona, entra entonces en Mi Reino absoluto.
Aunque se dedique a todo tipo de actividades, Mi devoto, bajo Mi protección, alcanza, por Mi gracia, la Morada eterna e imperecedera.
En todas tus acciones, depende sólo de Mí, y ponte siempre bajo Mi protección. Este servicio devocional, realízalo con plena conciencia de Mi Persona.
Si te vuelves consciente de Mí, todos los obstáculos de la existencia condicionada, por Mi gracia los superarás. Sin embargo, si no actúas con tal conciencia, sino con el falso ego, cerrando tu oído a Mí, estarás perdido.
Si no actúas de acuerdo con Mis directivas, si te niegas a librar la batalla, serás engañado. Y, por tu naturaleza, tendrás que seguir luchando.
En las garras de la ilusión, ahora te niegas a actuar según Mis instrucciones. Pero, obligado por tu propia naturaleza, tendrás que actuar igual.
El Señor Supremo está en el corazón de todos los seres, y dirige las andanzas de todos, que están cada uno como en una máquina (el cuerpo), hecha de energía material.
Entrégate por completo a Él. Por Su gracia, conocerás la paz absoluta, y alcanzarás la Morada eterna y suprema.
Así te he revelado el más secreto de todos los conocimientos. Reflexiona cuidadosamente y luego actúa como te plazca.
Si te revelo esta parte más secreta del conocimiento, es porque eres Mi amigo más querido. Escucha Mi palabra, pues la digo para tu bien.