Déjame instruirte en los cinco factores del acto, que la filosofía Sankhya describe: son el lugar, el realizador, los sentidos, el esfuerzo y, sobre todo, el Alma Suprema.
Cualquier acto, bueno o malo, que un hombre realiza por el cuerpo, la mente o la palabra, procede de estos cinco factores.
Y, por lo tanto, aquel que piensa que actúa solo, que no tiene en cuenta los cinco factores del acto, no demuestra una gran inteligencia y, por lo tanto, es incapaz de ver las cosas en su perspectiva correcta.
Aquel cuyos actos no están motivados por el falso ego (identificación con su cuerpo y dominio de la materia y la naturaleza material), cuya inteligencia no se atasca, nunca mata en este mundo. Ni sus actos le atan jamás.
El conocimiento, el objeto de conocimiento y el conocedor son los tres factores que dan lugar al acto. Los sentidos, el acto mismo y su realizador forman la triple base de toda acción.
Hay tres órdenes de conocer, hacer y actuar; corresponden a las tres gunas (virtud, pasión, ignorancia). Escúchame cómo te los describo.
El conocimiento por el cual se distingue en todas las existencias una esencia espiritual única, imperecedera, una dentro de las múltiples, este conocimiento, sabedlo, procede de la Virtud.
Pero el conocimiento por el cual uno percibe la existencia, en varios cuerpos, de tantos seres de diferentes naturalezas, este conocimiento, sabedlo, pertenece a la Pasión.
En cuanto al conocimiento por el cual, ciego a la verdad, uno se apega a un tipo de acción, como si fuera todo, este conocimiento, que es muy limitado, se dice que pertenece a las tinieblas de la Ignorancia.
El acto dictado por el deber, el acto que se realiza sin apego, sin atracción ni aversión, y va acompañado de la renuncia a sus frutos, este acto se dice que procede de la Virtud.
Pero el acto realizado con gran esfuerzo, el acto que tiene como objetivo la satisfacción de los deseos, y que está motivado por el falso ego, se dice que este acto pertenece a la Pasión.
En cuanto al acto realizado inconscientemente y por error, sin tener en cuenta las consecuencias o la cadena de acontecimientos que conlleva, que violenta a los demás y resulta impracticable, se dice que este acto pertenece a la ignorancia.
El actor que está libre de todo apego material, libre del falso ego, entusiasta, resuelto e indiferente al éxito o al fracaso, se dice que está bajo el signo de la Virtud.