Los hombres que se imponen austeridades severas, pero que no están en conformidad con las escrituras, entregándose a ellas por orgullo, egoísmo, concupiscencia y apego, impulsados por la pasión, y que así torturan sus cuerpos, sin comprender, en su inconsciencia, que también Me están torturando a Mí, el Alma Supremo dentro de ellos, éstos, sepan que son asuras (seres demoníacos, impíos, malvados, ateos).
Los alimentos apreciados por todos se dividen también en tres órdenes, que corresponden a las tres gunas (los tres atributos y modos de influencia de la naturaleza material: virtud, pasión, ignorancia). Lo mismo ocurre con el sacrificio, la austeridad y la caridad. Escucha y te enseñaré lo que los distingue.
Los alimentos de la virtud purifican la existencia y prolongan su duración. Dan fuerza, salud, alegría y satisfacción. Estos alimentos sustanciosos son dulces, jugosos, grasos y llenos de sabor.
Los alimentos demasiado amargos, agrios, salados, picantes, secos o calientes gustan a quienes están dominados por la pasión. Causan sufrimiento, infelicidad y enfermedad.
Y son queridos por los hombres que están envueltos por la ignorancia, los alimentos cocinados durante más de tres horas antes de ser ingeridos, los alimentos insípidos, faltos de frescura, malolientes, descompuestos o impuros, e incluso las sobras.
Entre los sacrificios, pertenecen a la virtud los que se realizan por deber, según las reglas de las Escrituras y sin esperar ningún fruto para uno mismo.
Pero el sacrificio realizado con vistas a algún resultado o beneficio material, o de manera ostentosa, por orgullo, sabed que nace de la pasión.
En cuanto al sacrificio realizado sin ninguna fe y al margen de los preceptos escriturales, en el que no se distribuyen alimentos consagrados, no se canta ningún himno, en el que los sacerdotes no reciben ningún don a cambio, se dice que nace de la ignorancia.
Utilizar un lenguaje verdadero, dirigido al bien de todos, pero también evitar las palabras hirientes, así como recitar asiduamente los Vedas (las sagradas escrituras originales), tales son las austeridades de la palabra.
La serenidad, la sencillez, la gravedad, el autocontrol y la pureza de pensamiento son las austeridades de la mente.
Practicadas con fe por hombres cuyo objetivo no es obtener algún beneficio material para sí mismos, sino satisfacer al Supremo (Krishna, Dios), la triple unión de estas austeridades procede de la Virtud.