No maten, y no coman la carne de los animales
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El infierno de los mataderos.

Cada año se matan unos 268 millones de mamíferos y 6.000 millones de aves en América y Europa para alimentarse. Pero pocas personas establecen conscientemente la relación entre esta matanza y la carne de su menú. He aquí un ejemplo relevante:

Un anuncio de televisión muestra a un payaso, Ronald MC Donald, informando a los niños de que las hamburguesas crecen en parcelas reservadas para ello. La verdad no es tan color de rosa, los mataderos comerciales son verdaderos infiernos. Los animales gritones, aturdidos con martillos, descargas eléctricas o pistolas automáticas, son izados por las patas y llevados en cintas transportadoras a estas fábricas de la muerte. A menudo se les degüella y se les despelleja vivos.

Al describir su reacción ante una visita al matadero, el campeón de tenis Pater Burwash escribe en su libro «A Vegetarian Primer»:

«No soy una persona sensible ni tímida. Jugué al hockey hasta que perdí la mitad de los dientes. Tengo un gran espíritu competitivo en la cancha de tenis… Pero esa visita al matadero me sacudió. Pero esa visita al matadero me sacudió. Cuando salí, supe que nunca más haría daño a los animales. Conocía todos los argumentos fisiológicos y ecológicos a favor del vegetarianismo, pero fue esta experiencia de crueldad humana hacia los animales la que me convenció de la necesidad de ser vegetariano.»

Gandhi y el vegetarianismo.

No hace falta decir que Gandhi, el apóstol de la no violencia del siglo XX, era vegetariano. Sus padres, devotos hindúes, nunca le dieron de comer carne, pescado o huevos. Bajo el dominio británico, las antiguas costumbres y principios de la cultura india se vieron muy amenazados. Bajo esta presión, muchos indios adoptaron la dieta cárnica de Occidente. Incluso Gandhi fue víctima de los consejos de sus compañeros, que le instaron a comer carne con el argumento de que aumentaría su fuerza y su valor.

Pero, volviendo más tarde al vegetarianismo, escribió: «Hay que corregir la idea errónea de que el vegetarianismo nos ha hecho débiles de mente, pasivos o inactivos. No considero necesarios los alimentos de origen animal en ningún momento.»

Autor de cinco libros sobre vegetarianismo, Gandhi comía diariamente germen de trigo, mazapán, verduras, limón y miel. Fundó la Granja Tolstoi, una comunidad basada en los principios del vegetarianismo. En su libro «Bases morales del Vagetarianismo» escribe:

«Sostengo que comer carne no es adecuado para la humanidad. Nos equivocamos al imitar a los animales si somos superiores a ellos.»

Consideraba que los principios éticos apoyaban más el vegetarianismo de por vida que las razones de salud:

«Creo que la evolución espiritual requiere, en algún momento, que dejemos de matar a nuestros hermanos animales para satisfacer nuestros deseos corporales».

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