Preguntas y respuestas espirituales perfectas
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La evolución también se aplica a la percepción sensorial. El sonido da origen al sentido del tacto, que a su vez manifiesta la forma. El gusto y el olfato también surgen del desarrollo gradual del éter, el aire, el fuego, el agua y la tierra. Cada uno representa el efecto de un elemento y la causa de otro, pero el Señor mismo es la causa original, primera, manifestada como Su emanación plenaria, Maha-Visnu, reclinándose sobre las aguas causales de la energía material total e integral, o manifestación cósmica.

Los diversos tipos de percepción sensorial están contenidos en su totalidad en el elemento tierra y parcialmente en los demás elementos. Por ejemplo, el éter solo tiene como atributo el sonido, mientras que el aire contiene el sonido y el tacto. En el fuego, también encontramos el sonido y el tacto, pero también la forma. El agua contiene el gusto además del sonido, el tacto y la forma. La Tierra contiene toda la variedad de la existencia, que se origina del elemento fundamental del aire.

Las enfermedades suelen ser causadas por una interrupción en la circulación del aire en los cuerpos terrestres de distintos seres. Los trastornos mentales, en particular, se originan por una interrupción específica del aire en el cuerpo, y los ejercicios de yoga tienen un efecto notablemente beneficioso en el equilibrio de estos aires sutiles, pudiendo eliminar la enfermedad casi por completo.

Cuando estos ejercicios de yoga se practican correctamente, tienen el efecto de prolongar la duración de la existencia y otorgar dominio sobre la propia muerte. Así, un yogui perfecto puede dominar su muerte y abandonar su cuerpo en el momento oportuno, cuando pueda ascender al planeta de su elección. Sin embargo, el servicio devocional ofrecido a Dios es superior a cualquier otro yogui o práctica, pues por el poder de su servicio devocional, es ascendido al mundo más allá del universo material y transportado a uno de los planetas del mundo espiritual, por la voluntad suprema del Señor, quien dirige todas las cosas.

La virtud engendra la mente, que luego se manifiesta, y con ella los diez seres celestiales que actúan bajo la autoridad de Krishna y dirigen las funciones del cuerpo: el señor de las direcciones, el señor del aire, el dios del sol, el padre de Daksa Prajapati, los Asvinikumaras, el ser celestial maestro del fuego, el rey de las esferas celestiales, la deidad soberana de las esferas celestiales, el primero de los Adityas, y Brahma, el demiurgo y primero de los antepasados.

El desarrollo de la pasión da origen a los órganos sensoriales como la nariz, los ojos, los oídos, la lengua, la piel, la boca, las manos, las piernas, los genitales y el ano, y con ellos, a la inteligencia y la energía vital.

La condición de un ser en la materia depende en mayor o menor medida de su inteligencia y de la fuerza de su energía vital. Así, la inteligencia se ve asistida por los órganos de la percepción en la lucha por la existencia, y los órganos de la acción, como las manos y las piernas, sirven para mantener la energía necesaria para la vida. Sin embargo, desde una perspectiva global, esta lucha es una cuestión de pasión.

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