Preguntas y respuestas espirituales perfectas
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Por eso Dios dice: En verdad, no hay nada que exista fuera de Mí; esto es lo que debes comprender claramente.

Dios, la Suprema Personalidad, es innacido y sin principio. Esto se debe a que posee en su divina esencia espiritual todos los principios que le otorgan poder absoluto. No hay diferencia entre su cuerpo totalmente espiritual, su Alma y su mente, pues son Uno. Su cuerpo, aunque compuesto de dos partes, el cuerpo mismo del que emergen los rayos espirituales que componen un resplandor, y este resplandor deslumbrante, son Uno.

El cuerpo espiritual puro de Dios tiene forma humana, la cual también le dio al hombre.

Está escrito: Entonces dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en los ganados, en toda la tierra y en todo animal que se arrastra sobre la tierra» (Génesis 1:26).

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Génesis 1:27).

Dios no necesita nada, pues, gracias a todas sus fuerzas internas, es autosuficiente. Pero, deseando aumentar su felicidad personal, quiso rodearse de seres que le brindaran esta alegría. Por lo tanto, otorgó a los rayos que componen el resplandor de su cuerpo una existencia distinta de él mismo. Desde ese momento, aunque conectados a Dios y distintos de Él, estos rayos espirituales, en virtud de componer el cuerpo radiante de Dios, son de hecho también innacientes, sin principio y eternos. Estos rayos o chispas espirituales también se denominan almas espirituales, entidades espirituales y seres espirituales. Cada uno de nosotros es una chispa espiritual que compone el cuerpo radiante de Dios.

Todos somos fragmentos diminutos, partículas diminutas, partes integrales de la Suprema Personalidad de Dios, Krishna.

Como mencioné anteriormente, el cuerpo de Dios, aunque compuesto de dos partes que conforman una sola, es diferente del del hombre, pues este último es en realidad una trilogía. Está compuesto por un cuerpo de materia densa, un cuerpo etéreo que alberga el alma, y ​​el alma espiritual misma, que es la verdadera identidad del ser espiritual encarnado. Cada uno de nosotros es un alma espiritual, no el cuerpo material perecedero.

Dios, en su forma personal, primordial, original, infinita y absoluta, ve su resplandor envolviéndolo por completo, lo que ha llevado a algunos «guías espirituales» a afirmar que el Señor Supremo era un Ser espiritual impersonal, es decir, sin forma. Por eso, esta idea se ha extendido por todo el mundo, impidiendo que la humanidad acceda al verdadero conocimiento de Dios, tal como Él realmente es.

La verdadera trinidad.

La Suprema Personalidad de Dios, en Su forma primordial, es la fuente de las otras dos formas de Él. En Su segundo aspecto, se le llama el Ser Espiritual Impersonal, formado por Su resplandor y fuente de dicha. Este es el único aspecto de Dios con

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