Preguntas y respuestas espirituales perfectas
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En esta vida, pueden contraer enfermedades infecciosas como la sífilis y la gonorrea, y después de la muerte, están expuestos a sufrir mil sufrimientos infernales. El Señor condena enérgicamente la actividad sexual ilícita fuera del matrimonio, y añade que quienes procreen mediante uniones ilícitas irán al infierno.

Durante la transferencia de un cuerpo a otro, el alma es llevada por los sirvientes de Yamaraja, juez de los culpables y señor de la muerte, designado para este cargo por Krishna. Primero la hacen pasar por cierto tipo de vida infernal para acostumbrarla a las condiciones que deberá vivir en su siguiente cuerpo.

Los sufrimientos que las almas soportan en el infierno tienen como objetivo permitirles borrar los pecados cometidos y comprender la magnitud de su abominable crimen, para que recuperen la cordura, se arrepientan, hagan penitencia, se vuelvan a Dios y se decidan a obedecer al Señor y no repetir el crimen. Esto es lo que les sucede a las almas que, debido a los actos pecaminosos cometidos en su vida anterior, deben reencarnar en el Cuerno de África, donde tendrán que soportar una existencia muy difícil debido a la prolongada sequía, la falta de agua y la escasez de alimentos. Terminan con cuerpos muy demacrados. Esto también les sucede a las almas que deben vivir en la pobreza extrema, en lo profundo del bosque, en zonas montañosas o en zonas de frío extremo.

A veces se dice que los humanos conocen el cielo y el infierno en el planeta Tierra, porque allí también son visibles los castigos infernales. Si estos castigos existen en los planetas infernales, es principalmente para permitir que quien los sufre se prepare para vivir en las condiciones infernales a las que estará sometido en su vida futura, tras lo cual renace en otro planeta para continuar su existencia infernal. Por ejemplo, si un hombre está condenado a vivir en el infierno e ingerir excrementos y orina, primero debe prepararse para ello en el planeta de Yamaraja, tras lo cual obtendrá un cuerpo especial, en este caso el de un cerdo, que le permitirá creer que disfruta de la vida comiendo excrementos. En todas las condiciones, incluso en las más abominables, el alma caída se cree feliz. De lo contrario, le sería imposible experimentar esas condiciones de vida infernales.

El Señor confirma: Después de dejar su cuerpo, el hombre que ha provisto para sí mismo y su familia a través de actos pecaminosos debe soportar una vida de infierno, y con él sus seres queridos.

Cuando una persona gana dinero de forma deshonesta y lo usa para mantenerse a sí misma y a su familia, muchos miembros de su familia se beneficiarán, pero solo ella irá al Infierno. Quien disfruta de la vida ganando dinero de esta manera o envidiando la condición de los demás, y disfruta de vivir con su familia y amigos, tendrá que cosechar solo los frutos de los pecados acumulados durante su vida de violencia e iniquidad.

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