Preguntas y respuestas espirituales perfectas
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En realidad, cuando se programa el fin de la vida, el alma espiritual abandona el cuerpo y reencarna inmediatamente en el vientre de una nueva madre, elegida por los agentes celestiales de Krishna, Dios, la Personalidad Suprema, según su karma.

El alma es inmortal, pues es eterna; eso es lo que somos.

El estado de vigilia de la conciencia, manifestado a través de la actividad, es su condición natural de existencia. No puede dejar de estar activa, especialmente cuando aprende a dirigir sus deseos hacia el servicio espiritual que ofrece al Señor. Su vida entonces se perfecciona y alcanza el mundo espiritual para disfrutar del despertar eterno.

¿Cuáles son las fuentes originales de la perdición humana?

Estas seis fuentes originales principales conducen al alma al extravío, la perdición, el sufrimiento, la esclavitud material, la subyugación y el condicionamiento del ser humano a la materia, y esta última la mantiene allí.

El olvido ocurre en el momento de la muerte. El alma, encerrada en su cuerpo etéreo, es transportada por los asistentes del Señor Krishna al vientre de una nueva madre, quien le dará así un nuevo cuerpo material. Es el cuerpo material el que sumerge al ser espiritual encarnado en el olvido de todo: de Dios, de su vida anterior, de su verdadera identidad, de la existencia real... Este olvido se ve acentuado por la energía externa o energía material del Señor en Su naturaleza material, que influye en el ser encarnado a través de sus atributos y modos de influencia: virtud, pasión e ignorancia.

En realidad, la muerte es sinónimo de olvido.

La segunda fuente es el ego falso o ego material. El ego falso es la fuerza que ata al ser encarnado a la existencia material. Esta fuerza, que impulsa al ser encarnado a identificarse con su cuerpo y a buscar el dominio de la materia, está en el origen de su condicionamiento a la materia.

Las tres formas del ego falso son: el dominio de la naturaleza material, la identificación con el propio cuerpo y el acaparamiento de todas las posesiones materiales. La función principal del ego falso es sumir al ser en la ignorancia y fomentar el ateísmo.

Cuando un ser olvida su posición natural como alma espiritual y busca la felicidad fuera de su ser, desarrolla dos grandes actitudes: primero, se dedica durante mucho tiempo a la acción egoísta para obtener algún beneficio personal o satisfacer sus sentidos; luego, tras agotarse en vano y frustrado por esta búsqueda insatisfactoria, emprende el camino de la especulación filosófica y llega a creerse igual a Dios. Esta errónea sensación de ser uno con Dios es la trampa final de la energía material, que mantiene al ser encarnado preso en las cadenas del olvido y lo somete por completo a la influencia del falso ego.

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