¿Qué les hacen los placeres sensuales a quienes se entregan a ellos?
Pero la verdad es que permanece sirviente de lo que dictan los sentidos: lujuria, codicia, ira, avaricia, orgullo, locura e intolerancia. Pero si recupera el sentido, con el conocimiento espiritual mediante el cual comprende que no es el amo del universo material, sino sirviente de sus sentidos, entonces implora al Señor que lo ocupe en Su servicio y así encuentra, libre de la ilusión creada por los supuestos placeres materiales, la verdadera felicidad.
¿Qué anhelan, qué les falta?
Alimento espiritual, refugio espiritual, fuerza defensiva espiritual y gratificación sensorial espiritual, todo lo cual se obtiene del Ser Espiritual Supremo, Sri Krishna. Así, quien entra en contacto con el Señor ya no puede sentir atracción por el alimento, el refugio, los medios de defensa y el placer sensual ilusorios del universo material, que incluso los habitantes de los planetas edénicos codician.
¿Quién es el verdadero testigo de nuestras acciones?
El Señor Dios, Krishna, es el único y verdadero testigo divino.
Los seres vivos son partes integrales del Señor, pero distintos de Él. Aquellos que están condicionados, y por lo tanto incapaces de vivir en el mundo espiritual, se encuentran dispersos por el universo material para disfrutar de la materia hasta su saciedad. El Señor, por su parte, acompaña a cada alma condicionada en este mundo en la forma de Paramatma como el amigo eterno de todos los seres, precisamente para guiarlos en su búsqueda de placeres materiales y para presenciar cada una de sus acciones.
El sruti-mantra (escritura sagrada) nos habla de dos pájaros posados en un árbol. Uno come el fruto del árbol y el otro da testimonio de sus acciones. El pájaro que da testimonio es el Señor, y el que come el fruto es el ser distinto. El ser individual ha olvidado su verdadera identidad y, en su condición material, se deja llevar por el torbellino de las acciones egoístas. Pero el Señor, el Alma Suprema, siempre conserva el conocimiento espiritual en su plenitud. Esta es la diferencia entre el Alma Suprema y el alma condicionada. El alma condicionada está sujeta a las leyes de la naturaleza, mientras que el Alma Suprema domina la energía material.
Y el Señor enseña que guía o instruye a Sus devotos puros desde el corazón, y además, que estas instrucciones no tienen como objetivo ningún objetivo material, sino únicamente el retorno a Dios, en Su reino.


