Krishna, Dios, la Persona Suprema dice:

Así como una masa de nubes, que no conoce la fuerza del viento, el ser absorto en una conciencia material ignora el formidable poder del tiempo que se lo lleva. Todo lo que el materialista produce a costa de muchos tormentos y esfuerzos por una supuesta felicidad, el Señor Supremo, en la forma del tiempo, lo destruye; y es por eso que el alma condicionada se aflige.

El materialista descarriado no sabe que su cuerpo es temporal, y que la atracción por el hogar, la tierra y la riqueza, ligadas al cuerpo, también es efímera. Sólo la ignorancia le hace creer que todo es duradero. Cualquiera que sea la especie en que nace, el ser distinto (distinto de Dios) encuentra allí una forma particular de satisfacción, tanto que nunca está insatisfecho con su condición.

El ser condicionado es feliz con su suerte cualquiera que sea la especie a la que pertenezca. Desconcertado por la influencia de la energía ilusoria que cubre su visión, no está dispuesto a abandonar su cuerpo, aunque viva en el infierno, pues se deleita en los placeres más bajos.

El bien y el mal reales y absolutos, su verdadera definición.

En verdad, el bien y el mal no existen.

En realidad es en el universo material donde el hombre evoluciona, el bien y el mal están en el mismo plano, se fusionan y son una proyección de la mente, porque cada uno parte de un concepto personal erróneo, los pone en acción, o los define de acuerdo a su propia sensibilidad, su noción de la realidad, y los valores que le mueven.

Así, un ladrón encuentra normal robar e ignora la reacción del dueño del objeto robado. Para el ladrón, su acción es justa y buena. Es así para todos los seres humanos, que desconocen la verdadera noción del Bien y del Mal, continuamente los confunden.

En realidad, el Bien y el Mal se definen en relación con Krishna, Dios, la Persona Suprema, porque siendo el Señor la Existencia Absoluta, la Morada Absoluta, la Verdad Absoluta y la Vida Absoluta, debemos entender que el mundo cósmico del universo habita en Él. , así como todas las almas espirituales. Por su posición suprema, infinita y absoluta, el Señor Krishna es de hecho el dueño de todo lo que existe, y el único beneficiario de todos los frutos resultantes de todas las obras de las almas que residen tanto en el mundo espiritual, como aquellas que están encarnadas. en el universo material.

Por esta verdad, es fácil comprender que la verdadera noción del Bien y del Mal se define en relación a Dios, Krishna, porque Él tiene la esencia pura y la única realidad.

El Bien Absoluto no es otro que Krishna Mismo.