La ciencia de Dios, o ciencia de la salvación
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El verdadero conocimiento es la capacidad de distinguir lo espiritual de lo material, de realizar a Dios, de descubrir nuestra verdadera identidad y de ser consciente de Krishna. Es la capacidad de analizar las cosas en su justa perspectiva, de descubrir el camino que lleva al Supremo Eterno y permanecer allí sin fallar.

El conocimiento es la máxima perfección de la realización espiritual, y la realización espiritual o la correcta comprensión del alma pura permite liberarse de todos los apegos materiales.

El conocimiento conduce a la perfección última de la existencia ya la percepción del ser espiritual individual distinto de Dios, en toda su verdad.

Conocimiento del alma espiritual en toda su verdad.

El alma espiritual, también llamada entidad espiritual o chispa espiritual, es en realidad un pequeño fragmento, una parte integral de Krishna, Dios, la Persona Suprema. Como tal, es puro, eterno, porque no tiene principio ni fin. Desde el principio, el alma es pura y virtuosa.

El alma espiritual, que en verdad somos cada uno de nosotros, reside en un cuerpo de materia densa, y por su poder vital lo mantiene vivo. Es gracias al alma que los cuerpos pueden desarrollarse y continuar su existencia, si Dios lo quiere, porque la vida es del Señor. No somos el cuerpo en el que residimos como el alma. Es esta concepción corporal de la existencia la que lleva al alma a su pérdida, al olvido de todo para siempre, a la reencarnación repetida y al sufrimiento continuo.

El simple hecho de percibir la propia posición espiritual, de verse tal como es, permite escapar de las trampas de la materia. Es necesario percibir el propio ser y saber quién se es realmente. Nuestra posición real, natural, original y eterna es ser el sirviente eterno de Krishna. Quien alcanza esta etapa y es consciente de ella, se convierte en un alma realizada. Esta comprensión correcta de su verdadera identidad tiene el efecto de cortar el vínculo del apego a la materia.

Es el falso ego, o la errónea identificación de uno mismo con el cuerpo de materia y el universo material, lo que sumerge al ser encarnado en las trampas de la energía de la ilusión, que es afín a satanás, y lleva al alma a su pérdida. Pero tan pronto como se reconoce a sí mismo como un alma espiritual, cualitativamente de la misma sustancia que el Señor Krishna, Dios, la Persona Suprema, sabe que pertenece a la misma categoría que el Ser Supremo, y tan pronto como se da cuenta de que su posición eterna es servirle, alcanza la realización espiritual.

De una encarnación a otra, o de una vida a otra, cambiamos de cuerpo, que no necesariamente tienen la misma forma y la misma tez.

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