Dios no necesita nada, pues se basta a Sí mismo.
Más bien, es la actitud amorosa y el afecto de Su devoto lo que obliga al Señor.
Krishna, Dios, la Persona Soberana Suprema, en Su forma personal, primordial, original, infinita y verdad absoluta, posee en Su esencia divina todos los principios fuente, por los cuales se basta a Sí mismo.
El Señor Krishna se siente en deuda con Su devoto por el sentimiento de amor que éste le muestra, y no particularmente por el servicio que se le ofrece. En verdad, nadie puede realmente servir completamente a Dios, Él que es tan perfecto y autosuficiente, y que no necesita ser servido por ninguno de Sus devotos. Más bien, es la actitud amorosa y el afecto del devoto, el ser santo, lo que obliga al Señor Krishna.
Krishna es la fuente del poder absoluto y del poder mismo. Él es la forma todopoderosa de la existencia, el conocimiento y la dicha trascendental en toda su plenitud.
Él es la fuente y el depósito de todas las bendiciones, los placeres y todo intercambio de amor.
El Señor Soberano tiene tres variedades de energía interna: poder de placer, poder existencial y poder cognitivo. Los tres existen en Él como un solo poder espiritual.
Puesto que la manifestación personal y la dicha de Krishna, Dios, la Persona Suprema, no es otra que Su poder de placer existe eternamente en Él, el Señor obtiene todo Su placer trascendental a través de este último.
Su Nombre, forma y cualidades son eternamente espirituales. Si uno de alguna manera llega a conocer Su posición trascendental por la gracia del Señor, entonces uno entra en la eternidad.
Él es la fuente última y el reposo de todo lo que es. Todo es realizado por Él, todo le pertenece y todo le es ofrecido. Él es el objetivo último de la existencia, así como el Supremo Hacedor, tanto si Él mismo es el realizador del acto como si lo hacen otros.
Hay un número inimaginable de causas, superiores e inferiores, pero Dios mismo es la Causa de todas las causas. Él es Uno sin segundo, y no tiene otro origen que Él mismo. No tiene otro origen que Él mismo, pues Él es la Causa primordial de todas las causas. Él mismo es la causa primordial, y no hay causa para Sus diversas apariencias, porque todas son Una.
Krishna es Su propio origen, y nada ni nadie es igual a Él. Él es el Único Absoluto sin un segundo, y Sus diversas formas no difieren de Él mismo.