El amor puro a Dios es la razón principal y el propósito de la existencia.
Por eso Dios nos da toda una vida para lograrlo.
El objetivo real, único y último de la existencia es llegar a conocer a Dios como realmente es, en Su forma personal, primordial, original, infinita y absoluta, amarle, obedecerle, hacer Su voluntad, renovar el vínculo que nos une a Él, vincular todos nuestros deseos e intereses a los Suyos, ofrecerle todos los frutos de nuestros actos, rendirnos a Él y servirle con amor y devoción.
Krishna, Dios, la Persona Suprema dice: «Quien Me establece en su corazón, puede escapar de los sufrimientos del hambre, la sed, el nacimiento, la muerte, la lamentación y la ilusión. Uno puede así recuperar su forma trascendental original.»
Ésta es la verdadera resurrección.
Tal es la apoteosis, el éxito y la perfección de la existencia.
Krishna, Dios, la Persona Suprema, nos enseña el verdadero conocimiento, el más puro, el más secreto, el que eleva la esencia espiritual del ser, lo purifica, lo libera de la oscuridad y de la ignorancia de los datos relativos a la verdad existencial y absoluta en la que está inmerso, le permite alcanzar la realización de la Persona Suprema Soberana, la realización espiritual y la conciencia de Krishna o conciencia de Dios.
El propósito y la razón de ser de la vida humana.
El Señor Dios dice: «Para una persona con conocimiento espiritual, Yo soy el único amado, la meta final, el motivo y la conclusión final, la elevación y el camino que conduce a mi reino eterno. Además de Mi Divina Persona como favorito, no tiene otro propósito».
La vida humana tiene como objetivo conocer a Kṛiṣhṇa, Dios, la Persona Suprema, tal como Él es realmente, en su forma Personal, Primordial, Original, Infinito, Absoluto, así como su fama, cualidades, atributos, entretenimientos, glorias y excelencias.
La vida humana consiste en :
Renovar el vínculo con Dios y actuar en consecuencia.
Alcanzar la realización espiritual y la conciencia de Krishna.
Aprender a rendirse a Él y a servirle con amor y devoción.
Aprender a amar a Krishna, Dios, la Persona Suprema, a obedecerle y a unir nuestros deseos e intereses con los Suyos.
Aprender a conocer nuestra verdadera identidad espiritual, y así saber que cada uno de nosotros es un alma espiritual individual, distinta de Dios.