¿Qué significa entregarse a Krishna, Dios, la Persona Suprema?
En efecto, interrumpir todas las búsquedas de los sentidos y concentrarse en la causa suprema es una señal de abandono de sí mismo; tal abandono es, a su vez, una señal segura de servicio devocional a Krishna. Todo ser debe dedicarse al servicio de amor y devoción ofrecido al Señor Krishna si desea conocer la causa última de su existencia.
Rendirse voluntariamente a Krishna, cumplir todas Sus instrucciones, obedecerle y hacer toda Su voluntad de forma espontánea, inmediata, libera de todas las consecuencias del pecado, por muchas que sean, y ofrece la liberación de este mundo material.
Rendirse a Dios es tener absoluta confianza en Él, hasta el punto de ofrecerle la propia vida, la propia existencia, todo lo que se posee y todo lo que se hace.
Rendirse a Krishna es servirle con amor y devoción, complacerse en Él y disfrutar satisfaciéndole.
La entrega a Krishna es sinónimo de purificación total.
Así, tan pronto como un ser se rinde a Krishna, Dios, la Persona Suprema, ciertamente se libera de todas las impurezas.
El objetivo real, único y último de la existencia.
Quien recibe la verdad existencial sabe que la vida tiene una razón de ser, un fin preciso.
En efecto, el verdadero propósito de la vida consiste ante todo en conocer a Dios como realmente es, en renovar el vínculo que nos une a Él, en aprender a amarle, a obedecerle, a cumplir su divina voluntad, a unir nuestros deseos e intereses a los suyos, a entregarnos a Él y a servirle con amor y devoción.
El verdadero propósito de la vida es saber que cada uno de nosotros es en realidad un alma espiritual encarnada en un cuerpo material específico, y que este cuerpo es una vestimenta que nos hemos puesto.
El verdadero objetivo de la vida es también comprender que debemos liberarnos de este mundo donde estamos cautivos en cuerpos materiales, y el objetivo final es Krishna, Dios, la Persona Suprema en Su forma personal, primordial, original, infinita y absoluta, para regresar a Su reino eterno y absoluto, todo conocimiento, dicha y eternidad, para permanecer con Él para siempre.