Es elegir entregarse a Dios y servirle con amor y devoción, con un trasfondo de pura conciencia de Krishna.

A través de este servicio puro de amor y devoción ofrecido a Krishna, el devoto puede conocer, en verdad, los Atributos y Glorias absolutos del Señor Supremo. Entonces se afirma como el eterno servidor de Krishna.

Generalmente, una vez que uno ha ascendido al nivel de la dicha trascendental, nunca se vuelve a caer. Sin embargo, aunque uno se eleve al nivel de la dicha trascendental, puede volver a caer si no adopta el servicio devocional.

El Señor añade: El servicio devocional que Me ofrecen los seres vivos revive la vida eterna en ellos.

El camino espiritual.

Entre las tres autoridades del camino espiritual, tenemos al auténtico maestro espiritual, los seres santos y los Vedas, las sagradas escrituras originales, también llamadas «el verdadero evangelio».

El Señor Krishna, Dios, la Persona Suprema es el originador de los Vedas, ya que Él es el Autor Divino de los Vedas, por lo tanto los Vedas son la autoridad principal.

Por ello, quienes aspiran a seguir el camino espiritual deben estudiar estos libros espirituales con regularidad. Todos estos escritos (el Bhagavad-gita o «Canción del Señor» o «Palabras de Krishna, Cristo, Dios, la Persona Suprema», el Srimad-bhagavatam o «Palabras de Sabiduría, la Sabiduría de Dios», y los Vedas) son, en realidad, vibraciones trascendentales, que penetran en los corazones, para reavivar la conciencia de Krishna, la conciencia de Dios.

Busquemos y sigamos el camino de la salvación, el camino del retorno a Dios.

Dios, la Persona Suprema, está presente en todas partes a través de sus diversas energías. La omnipresencia del Señor brilla y se hace perceptible a través de Sus devotos puros, como son los sabios, los auténticos maestros espirituales y los servidores íntimos del Señor. Estos seres santos sienten la presencia del Señor en ellos mismos, y en todos los lugares. Ven todas las cosas como una manifestación de la energía de Dios, y en todas las cosas al Señor.

En realidad, los diversos lugares sagrados o de peregrinación, que están dispersos por todo el mundo, tienen la función principal de purificar la conciencia de los seres humanos que los visitan de todas las impurezas, ofreciéndoles una atmósfera saturada de la presencia de los devotos puros del Señor.