Krishna les manifestó el mundo espiritual, eterno, interminable y omnisciente. En el universo material hay varias formas de cuerpos, algunos altos y otros bajos, y según estas formas el conocimiento difiere. El cuerpo de un niño, por ejemplo, no es tan perfecto como el de un adulto. En todas las formas de vida los niveles son diferentes, así sucede con los seres acuáticos, las plantas y los árboles, los reptiles y los insectos, las aves y los animales, los seres humanos civilizados y los no civilizados.

Más allá de la forma humana están los seres celestiales, los seres perfectos, los habitantes de los planetas edénicos y paradisíacos, los Caranas, los Siddhas, incluso los habitantes de Brahmaloka, el planeta más importante de nuestra galaxia, la morada de Brahma, el Demiurgo y primer ser creado. En los propios seres celestiales hay diferentes grados de conocimiento.

Pero más allá del universo material, en la «atmósfera espiritual», todos los seres gozan de pleno conocimiento por igual. Allí, en los planetas espirituales o en el planeta más importante Krishnaloka del mundo espiritual, donde mora Krishna, todos, sin distinción, están absortos en el servicio de amor y devoción ofrecido al Señor.

En verdad, disfrutar del conocimiento en su plenitud es conocer a Krishna como Dios, la Persona Suprema. El Señor nos enseña que en el resplandor que constituye la «atmósfera espiritual» del mundo espiritual, no hay necesidad de la luz del sol, de la luna o de la energía eléctrica para ver, pues allí todos los planetas producen su propia luz y son eternos.

El mundo espiritual, bañado en ese resplandor que emana del sublime cuerpo espiritual de Krishna y que se extiende hasta el infinito envolviendo incluso al propio Señor, no es creado ni aniquilado, pues es eterno. Más allá del universo material hay un universo eterno, espiritual, donde todo existe por la eternidad.

Las almas condicionadas por la materia sólo pueden tener conocimiento del mundo espiritual a través de grandes sabios establecidos más allá de la influencia de los tres atributos y modos de influencia de la naturaleza material; la virtud, la pasión y la ignorancia. A menos que uno esté firmemente establecido en el nivel absoluto, conocer la naturaleza de este mundo espiritual es relativamente imposible.

Por eso el Señor recomienda adoptar el servicio de amor y devoción ofrecido a Su Persona y permanecer absorto en la conciencia de Krishna o conciencia de Dios las veinticuatro horas del día, lo que eleva a quienes se dedican a ello más allá de la influencia de los atributos de la naturaleza material. El ser humano establecido en la conciencia de Krishna puede conocer fácilmente la naturaleza del mundo espiritual y de los planetas espirituales.

Los habitantes de Vrindavana, una región espiritualizada por la presencia de Krishna durante su estancia en la India hace 5.000 años, constantemente inmersos en esta conciencia de Krishna, fueron capaces de conocer la naturaleza espiritual y absoluta de los planetas espirituales sin ninguna dificultad.

Así, Krishna condujo a todos los pastores, encabezados por el rey Nanda Maharaja, al lago donde más tarde les revelaría el sistema planetario espiritual. Allí, sin demora, se bañaron, y a través de este baño, que actuó como purificador de su ser, cada uno pudo ver la verdadera naturaleza de los planetas espirituales. Una vez imbuidos de esta visión, todos los hombres se llenaron de una maravillosa dicha, y lo primero que vieron salir del agua fue a Krishna, adorado con hermosas y selectas oraciones.

Para más información, lea el libro «El mundo espiritual».