Logos 435
¿Por qué no deberíamos abortar?
La verdad es que el aborto es un crimen, una falta grave imperdonable, porque el óvulo, fruto de la unión del espermatozoide y el óvulo, es ya un ser vivo, ya que contiene un alma.
Los Vedas, las sagradas escrituras originales, el verdadero evangelio dice: Bajo la guía del Señor Supremo y según los frutos de sus obras, el ser vivo, el alma, se introduce en el vientre de una mujer a través de una gota de semen masculino para asumir una forma corporal particular.
El punto más importante aquí es que el alma es introducida por los ayudantes de Dios en la semilla del padre, el esperma que el padre libera. Entonces, el alma de la partícula de la semilla masculina se inyecta en el vientre de la madre de diversas maneras, ya sea mediante relaciones sexuales o de otro modo. Todo esto ocurre bajo la supervisión de Dios, y el resultado es la producción de un nuevo cuerpo material que la madre desarrolla en su vientre. Aquí tenemos la prueba de que la vida está presente incluso antes de la concepción, qué decir después, ya que continúa.
Todos somos por naturaleza un alma individual separada de Dios, inmortal. Como alma, originalmente vivíamos en el reino de Dios, pero al envidiar al Señor, desafiar su autoridad, negarnos a servirle con devoción y emitir deseos materiales, caímos en el universo material. Debido a esta caída, el alma se ve obligada a nacer y morir en un ciclo interminable.
Sin embargo, el alma tiene la posibilidad, a través de la práctica espiritual, de volver a casa, al mundo espiritual. El principio de la reencarnación estaba muy extendido entre los filósofos griegos, como Platón y Pitágoras, y entre los primeros cristianos, como Orígenes y Tertuliano.
Según la ley de la naturaleza material gobernada por Dios, el alma eterna se coloca en la semilla masculina y luego se inyecta en el vientre de la madre. Así, el alma está presente incluso antes de la concepción y ciertamente después.