Es la ignorancia la que impide al alma encarnada actuar correctamente.

La ignorancia es la causa del extravío, la ceguera, la perdición, la violencia, la agresión, la criminalidad y el ateísmo de los seres vivos. El verdadero culpable de todo esto es la ignorancia.

La ignorancia es, entre otras cosas, no saber nada de Dios, no saber cómo es realmente. Es no saber que cada uno de nosotros es un alma espiritual y no el cuerpo de la materia. Es ignorar todo lo relacionado con el verdadero conocimiento espiritual y los valores espirituales de la existencia. Es ignorar el vínculo entre nosotros y Dios, así como el vínculo entre nosotros y los demás. Es ignorar todo sobre la verdad absoluta.

Por eso el conocimiento de Krishna, Dios, la Persona Suprema, Su palabra y Su enseñanza es el comienzo de la vida espiritual. Como enseña el Señor Krishna, el ser humano debe aprender que no es un cuerpo de materia, sino un alma espiritual. El verdadero conocimiento de Krishna, Dios, la Persona Suprema, permite luchar contra la ignorancia. En verdad, conocer a Krishna como realmente es permite conocer todo sobre la Verdad Absoluta.

Los seres humanos no saben que hay dos tipos de energía, la energía material y la energía espiritual. Dicen, y de hecho piensan, que todo es producto de la energía material. Su error es que toman la materia como punto de partida, no la energía espiritual.

Ahora bien, en cierto sentido, como la materia proviene del espíritu, todo es espiritual. La energía espiritual que forma el origen puede existir independientemente de la energía material, pero lo contrario no es cierto. Creen que la conciencia proviene de la materia, pero en realidad siempre ha existido. Sin embargo, cuando la conciencia está cubierta por la ignorancia, se convierte en una especie de inconsciencia.

La palabra «material» es la traducción del olvido de Dios, y por la palabra «espiritual» hay que entender el ser «plenamente consciente de Dios».

El Señor continúa: «El hombre que ha evitado estas tres puertas del infierno dedica su existencia a los actos que conducen a la realización espiritual. Así, gradualmente alcanza la meta suprema.»

Debemos cuidarnos de estos tres enemigos de la vida humana, la concupiscencia, la ira y la avaricia. Cuanto más se libera el ser humano de ellas, más se purifica su existencia. Entonces puede observar las reglas y principios de las sagradas escrituras védicas, los Vedas, las sagradas escrituras originales. Siguiendo así los principios reguladores de la vida humana [no tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, no comer carne, pescado y huevos, no consumir drogas ni productos excitantes como el alcohol, los cigarrillos, el café, el té, y no apostar], se eleva gradualmente al nivel de la realización espiritual. Y si, observando estos principios, sigue siendo lo suficientemente feliz como para alcanzar la conciencia de Krishna, la conciencia de Dios, entonces para él el éxito está asegurado.