Cada ser humano, en función de sus actos pasados, sus habilidades y su elevación espiritual, pertenece a un grupo social determinado, y debe cumplir los deberes inherentes a esa clase social, respetando y trabajando en armonía con los miembros de otros grupos sociales.
Las actividades de las cuatro clases sociales; los sabios eruditos y guías espirituales de la sociedad, los administradores, los militares y protectores de la sociedad, los agricultores y comerciantes, y los trabajadores, y las cuatro divisiones espirituales; la primera etapa, un período de celibato y estudio de los textos sagrados bajo la guía de un maestro espiritual, la segunda etapa de la vida espiritual, un período de vida social y familiar conforme a las sagradas escrituras, la tercera etapa de la vida espiritual, un período de peregrinación a diversos lugares sagrados, para desprenderse de la vida familiar y social, y así prepararse para la renuncia, y la cuarta etapa de la vida espiritual, la renuncia total a toda la vida familiar y social con el objetivo del perfecto dominio de los sentidos y de la mente, y el pleno compromiso en el servicio de Krishna, Dios, la Persona Suprema, son los mejores medios para alcanzar el objetivo último de la vida, cuando se dedica a Dios.
Quien realiza los deberes inherentes a las cuatro clases sociales y a las cuatro divisiones espirituales, debe ofrecer el fruto de todos sus actos y deberes al Señor. Así es la perfección de la existencia.
En el mundo material, a menos que uno se identifique con una de las clases sociales y divisiones espirituales, no puede asumir adecuadamente su vida social o su vida espiritual para alcanzar el objetivo último de la vida, Dios.
Krishna Chaitanya Mahaprabhu el Avatar de Oro dice: «Para alcanzar la meta final de la existencia, es decir, Krishna, Dios, la Persona Suprema, cantar los santos nombres del Señor y escuchar las glorias de Visnu, Krishna, es lo más importante.»
Escuchar y cantar las glorias de Dios es la mejor manera de alcanzar el servicio amoroso de Krishna.