Anantadeva también es conocido como Sesa [el fin último], porque Él lleva nuestra estancia en esta galaxia material, la Vía Láctea, a su fin, como lo hace para cada una de las otras galaxias. Simplemente cantando Sus glorias, cada uno de nosotros puede experimentar la liberación.

En su cabeza, Anantadeva lleva toda la galaxia, con sus millones de planetas, cada uno con vastos océanos y altas montañas. Es tan grande y poderoso que nuestra galaxia descansa sobre una de sus cabezas, y en cada una de sus otras cabezas lleva también otra galaxia. Así, todas las galaxias materiales descansan sobre cada una de Sus innumerables cabezas.

El Señor Ananta, o Sesa, es la fuerza que mantiene a todos los planetas en sus respectivas posiciones. Este poder cósmico se conoce en este mundo como la ley de la gravitación.

¿Dónde se encuentran los planetas infernales?

Todos los planetas infernales se encuentran en el espacio entre los tres mundos [la región superior de los planetas celestiales, la región media de los planetas terrestres y la región inferior o infernal de los planetas infernales] y el océano Garbhodaka. Se encuentran en la parte sur de la galaxia, por debajo del sistema planetario intermedio de tipo terrestre, y ligeramente por encima de las aguas del océano Garbhodaka.

Los siete sistemas planetarios inferiores se encuentran por debajo del que habitamos, el más bajo de todos ellos se llama Patalaloka. Por debajo de Patalaloka hay otros planetas conocidos como los planetas infernales, o Narakaloka. Esta zona también se llama «infierno». Quien cae en el infierno, no vuelve a salir.

El océano Garbhodaka se encuentra en el fondo de la galaxia. Por lo tanto, los planetas infernales se encuentran entre Patalaloka y el Océano Garbhodaka.

El océano Garbhodaka ocupa la mitad de la galaxia, siendo la otra mitad la cúpula esférica del espacio donde se desarrollan los innumerables sistemas planetarios.

También se dice en los Vedas que esta descripción es de una sola galaxia con forma de huevo. Hay innumerables galaxias fuera de la nuestra, algunas de las cuales son infinitamente más grandes. De hecho, se dice que la galaxia que habitamos es la más pequeña, por lo que su amo, Brahma, sólo tiene cuatro cabezas para administrarla. En otras galaxias, mucho más grandes que la nuestra, Brahma tiene más cabezas.

Tal es el inconcebible poder del Señor. Nadie puede apreciar la grandeza de Dios mediante especulaciones intelectuales o cometiendo el craso error de identificarse con Él.

Esos intentos son una locura.

El tiempo es una manifestación de Krishna, Dios, la Persona Suprema, para recordarnos que debemos entregarnos a Él. El Señor se dirige a cada alma condicionada por la materia en forma de tiempo.

Si queremos detener la acción del tiempo y el ciclo de repetidos renacimientos y muertes, entonces entreguémonos a Dios y sirvámosle con amor y devoción. De esta manera obtendremos la verdadera libertad y regresaremos a Krishna en Su reino eterno y absoluto.