El devoto se libera así de cualquier designación material. Los trabajos realizados para la familia, la sociedad, el país o la humanidad tienen una denominación particular: «Pertenezco a tal sociedad… a tal nación… a tal especie viviente…». Estas designaciones son meras etiquetas. Pero cuando, por la gracia del Señor, un devoto se libera de todas las designaciones, su servicio devocional se vuelve verdaderamente liberado y, por lo tanto, no está sujeto a la ley del karma o la ley de causa y efecto. Cuando las actividades del devoto se liberan de todas las consecuencias, ya no son del orden de la acción interesada. Los sentimientos de infelicidad y angustia del devoto son despertados por la Persona Soberana, de modo que no se preocupa por la felicidad o la infelicidad, sino que continúa cumpliendo su deber, su servicio de amor y devoción que ofrece a Krishna. Aunque su comportamiento parece estar sujeto a la acción interesada y a sus secuelas o consecuencias, el devoto está verdaderamente libre de ella.
Aquellos que están absortos en el servicio de amor y devoción al Señor, en la adoración de Krishna, Dios, la Persona Suprema, alcanzan los planetas espirituales o el planeta supremo de Krishna, Krishnaloka.
El Señor desea que todas las almas atrapadas en este mundo material regresen al mundo espiritual, donde obtendrán la verdadera felicidad permanente, incesante y eterna con Él.
Es el momento de unirse a la familia eterna del Señor, de recuperar nuestra posición y condición original, y de disfrutar sirviendo a Krishna con amor y devoción por la eternidad.
Cuando un devoto, después de experimentar condiciones difíciles en el mundo material, saborea la felicidad espiritual otorgada por el Señor, su situación se vuelve aún más agradable, placentera y sublime.
Por la gracia de Dios, tenemos plena libertad. En su perfecta benevolencia hacia nosotros, nos permite elegir dónde queremos vivir. En el cosmos material o en el mundo espiritual, en el planeta que elijamos. El mal uso de esta independencia es lo que hace que el ser vivo caiga en el mundo material, donde se ve obligado a sufrir los tres tipos de sufrimiento inherentes a la vida condicionada [los que se originan en el cuerpo y la mente, los causados por otras entidades vivientes y los que se originan en los elementos de la naturaleza material, como el frío o el calor extremos, los rayos, los terremotos, los huracanes, la sequía, etc.].
La primera necesidad del ser humano es darse cuenta de la relación eterna que le une al Señor, para entregarse a Él sin más dilación. Nuestra única ocupación debe ser amar a Krishna, Dios, la Persona Suprema, y servirle con amor y devoción.
El propósito de la creación material, el verdadero objetivo de la existencia.
Krishna, Dios, la Persona Suprema, cuya forma es todo conocimiento, dicha y eternidad, es el Maestro de todos los poderes sobrenaturales. Él está más allá de la manifestación material, así como su causa. Él es la causa de todas las causas, y de Todo Él es el Maestro original. La manifestación cósmica descansa sólo en Él. Él es el Amo Supremo del cosmos, y el cosmos ha sido creado, en verdad, con el único propósito de mostrar Sus entretenimientos.