Jesús había dicho al respecto: «Son sepulcros que nada distingue.»
La verdadera renuncia debe conducir al rechazo de la gratificación de los sentidos y del materialismo, lo que seguramente conducirá a la liberación de la esclavitud material. El hombre que no se desprende de la gratificación de los sentidos y permanece anclado en el materialismo, se convierte en un esclavo de la materia, pues está bajo la influencia maligna de la energía de la ilusión que le obligará a pasar por el ciclo de repetidos renacimientos y muertes. No podrá liberarse de las cadenas que lo mantienen cautivo de la materia.
En efecto, cualquier acción que no eleve a su autor al nivel de la piedad es inútil. Por naturaleza, todo el mundo tiene una inclinación por tal o cual forma de actividad, y cuando esta actividad conduce a la piedad, ésta a su vez conduce a la renuncia, y ésta al servicio devocional. Entonces se alcanza la perfección del acto. Como enseña el Señor, cualquier acción que no conduzca en última instancia al servicio devocional es una causa de enredo en este mundo. A menos que el ser vivo se eleve gradualmente al nivel de servicio devocional desde su actividad natural, es poco mejor que un cadáver o un sepulcro. La acción que no promueve el florecimiento de la conciencia de Dios, también llamada conciencia de Krishna, debe considerarse inútil.
El Señor Supremo dice: «Sólo a través del servicio devocional se puede conocerme tal como soy. Y el ser que a través de tal devoción llega a ser plenamente consciente de Mi Persona, puede entonces entrar en Mi reino absoluto.»
Cuando el Señor siente un afecto especial por Su devoto, le quita cualquier opulencia o riqueza material, para llevarlo a Su reino.
El Señor dice: «Si siento un marcado afecto por un devoto de Mi Persona y deseo rodearlo de una protección especial, lo primero que hago es retirar su riqueza.»
Cuando el devoto de Krishna se vuelve pobre, más o menos indigente, ve cómo sus parientes y otros miembros de la familia pierden el interés por él y, la mayoría de las veces, rompen todos los lazos con él.
Entonces se vuelve doblemente infeliz: en primer lugar porque le quitan su riqueza o su posición social, o incluso la posición ventajosa que ocupaba, y en segundo lugar porque sus familiares le abandonan. Sin embargo, hay que tener en cuenta que cuando el devoto del Señor cae en una triste condición de miseria, no es por sus faltas anteriores debidas a su karma o ley de causa y efecto, pues su pobreza es creada por el Señor. Del mismo modo, cuando un devoto experimenta la riqueza material, no es el resultado de sus actos virtuosos. En cualquier caso, si el devoto se vuelve rico o pobre, es la mano de la Persona Suprema. Krishna implementa este plan excepcional para su devoto, con el único propósito de hacerlo totalmente dependiente de Su Persona, y liberarlo de todas las obligaciones materiales. Entonces puede concentrar sus energías, sus pensamientos, su cuerpo, todo lo que posee, en el servicio del Señor, tal es el servicio devocional.