Palabras de sabiduria, la sabiduria de Dios
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Logos 290

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Instrucciones y consejos de Krishna, Dios, la Persona Suprema.

«Aprende de Mis labios que son Mis energías las únicas que actúan en todas partes. Toma una vasija de barro: no tienes más que un conjunto de tierra, agua, fuego, aire y éter. Tanto si la olla es nueva, como si es vieja o está rota, los mismos elementos la componen siempre. Cuando se crea, la vasija es sólo una combinación de tierra, agua, fuego, aire y éter; a lo largo de su existencia, sus componentes siguen siendo los mismos, y cuando finalmente se destruye, se aniquila, sus ingredientes se conservan en diversos sectores de la energía material. Del mismo modo, en el momento de la creación de este cosmos, a lo largo de su manifestación, así como después de su destrucción, es Mi energía, siempre la misma, la que asume diferentes aspectos. Y como Mi energía no está separada de Mi Persona, hay que concluir que Yo existo en todas las cosas.»

«Del mismo modo, el cuerpo de un ser vivo no es más que un conjunto de los cinco elementos groseros, y el ser encarnado en esta condición material es en sí mismo un fragmento de Mi Persona. Si el alma está así aprisionada, es porque alimenta una falsa concepción de su identidad, y se toma a sí misma por la beneficiaria suprema. Es este falso ego en el ser vivo el que le obliga a experimentar el encarcelamiento dentro de la existencia material. Como Verdad Suprema y Absoluta, estoy personalmente más allá del ser vivo, así como de su envoltura material. Tanto las energías materiales como las espirituales actúan bajo Mi autoridad soberana. Te pido que no te aflijas tanto y que trates de ver todo con filosofía. Entonces comprenderás que siempre estás conmigo y que, por tanto, no hay motivo de lamentación en la separación de nuestros cuerpos.»


Logos 291

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Todo está diseñado por Dios para un propósito específico, la evolución y el retorno del ser vivo (el alma) a Dios.

El ser vivo evoluciona de una especie a otra, del árbol al vegetal, luego al insecto, al pez, al pájaro, al animal y finalmente a la forma humana. En esta última, la evolución se manifiesta plenamente, lo que puede compararse a una flor que brota de un capullo. Cuando el ser obtiene la forma humana, su deber es comprender la relación que ha roto con Dios. Si pierde esta oportunidad, puede retroceder a una forma inferior. Todo sirve a algún propósito de Dios y toda la obra de la creación tiene como objetivo el retorno del ser vivo a Dios, a su reino eterno.

En la forma humana, podemos hacer un buen o mal uso de nuestra conciencia. Es nosotros los que debemos decidir. De acuerdo con la guía de Dios, la naturaleza nos ha traído muchas especies. Una vez obtenida la forma humana, podemos elegir volver a Dios o someternos de nuevo al ciclo de la reencarnación. Si somos afortunados, tomaremos la decisión correcta según las instrucciones de Dios. Nuestra vida será entonces un éxito. El alma individual transmigra de una forma a otra. Pero ¿quién puede decir si la próxima forma se acercará a la perfección?

Si queremos progresar con seguridad y entrar en el reino de Dios por la eternidad, entonces entreguémonos a Él y sirvámosle con amor y devoción.

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