Logos 208
El Señor dice: «Aquel que alcanza el nivel espiritual sabe al mismo tiempo quién es el Ser Espiritual Supremo y encuentra una alegría infinita en ello. Nunca se aflige, nunca anhela nada; está igualmente dispuesto hacia todos los seres. Tal persona entonces llega a servirme con puro amor y devoción».
El servicio devocional es la verdadera liberación. Cuando un hombre es atraído por la belleza de la Persona Soberana y sus pensamientos se dirigen constantemente hacia Él, pierde el interés por los asuntos que no promueven su desarrollo espiritual. En otras palabras, la acción material ya no le atrae.
El alma individual se instala en el nivel de la existencia espiritual, toda dicha, cuando se da cuenta plenamente de que su felicidad depende de su realización espiritual, el fundamento mismo de la dicha, y cuando se absorbe eternamente en el servicio del Señor, que no tiene a nadie por encima de Él.
En el universo material, bajo el dominio de una concepción corporal de la existencia, todos van en la dirección equivocada. Pero cuando uno se realiza espiritualmente, comprende que es distinto del cuerpo y que es inútil y erróneo actuar según el cuerpo. Es entonces cuando puede comenzar el servicio devocional.