Logos 206
El Señor dice: «Cuando la influencia de la ignorancia se apodera del alma individual, ésta no puede comprender la naturaleza del ser infinitesimal o del Ser Supremo; su mente es entonces tomada por la acción egoísta. Por lo tanto, a menos que desarrolle su amor por el Señor Supremo, que no es otro que Yo mismo, ciertamente no se liberará de las sucesivas transmigraciones.»
Cuando la mente está contaminada por la acción interesada, el ser individual siempre aspira a una mejor situación material. En general, todos trabajan duro, día y noche, para mejorar su condición económica. E incluso cuando el ser vivo tiene el conocimiento de los ritos religiosos, se dirige a los planetas edénicos, ignorando que su verdadero interés es volver a Dios, a su morada original. Si permanece en el camino de la acción interesada, debe vagar por el universo en diferentes formas y especies. A menos que uno entre en contacto con un devoto del Señor, un genuino maestro espiritual, nadie puede apegarse al servicio del Señor. El conocimiento de Dios se obtiene sólo después de muchas vidas.
Sólo después de luchar por el sustento a lo largo de muchas vidas se puede encontrar refugio en Dios. Entonces el ser vivo se vuelve verdaderamente sabio y se entrega al Señor. Esta es la única manera de detener la repetición de nacimientos y muertes. El ser encarnado y condicionado vaga de un planeta a otro, en diferentes formas, en diferentes cuerpos, pero si tiene la suerte de encontrar un genuino maestro espiritual, puede, por su gracia, encontrar refugio en Dios, y comenzar su vida de devoción.
Logos 207
¿Cuál es el origen de nuestro sufrimiento?
Los incrédulos tienen que pasar por varias tribulaciones materiales debido a su tendencia a cometer actos ilícitos egoístas. Bajo la influencia de la ignorancia, (la ausencia de datos relacionados con Dios y la verdad absoluta) el deseo de pecar persiste en sus corazones.
Las reacciones pecaminosas se manifiestan generalmente en cuatro fases: algunas están listas para dar fruto, otras están en forma de semilla, otras aún no se han manifestado y las últimas ya están en proceso. Estos actos pecaminosos pueden dividirse en dos grupos. El primer grupo se refiere a las faltas por las que estamos sufriendo en la actualidad, mientras que el segundo se refiere a las que tendremos que sufrir más adelante. Así, cuando la semilla de las consecuencias de nuestras faltas aún no ha dado sus frutos, se dice que están a la espera. Estas semillas de pecado siguen siendo imperceptibles, pero son innumerables, y nadie puede determinar cuándo aparecieron por primera vez. Es a causa de estas semillas impuras que ya han dado sus frutos que una persona nace en una familia humilde o sufre otros males.
Sin embargo, cuando uno adopta el servicio devocional ofrecido a Dios, todas las fases de la vida pecaminosa son aniquiladas. El servicio devocional anula todas las consecuencias de una existencia pecaminosa; todas las reacciones debidas a nuestras faltas. Cuando el servicio devocional habita en el corazón de una persona, no hay lugar para ningún deseo de actuar de manera equivocada. La vida pecaminosa es el resultado de la ignorancia, es decir, del olvido de nuestra posición natural y eterna como siervo de Dios; pero tan pronto como una persona adquiere plena conciencia de Dios, se da cuenta de que es el siervo eterno de Krishna, Dios.