En primer lugar, mencionemos la riqueza; una gran fortuna siempre resulta atrayente. Lo mismo ocurre con el poder, la fama, la belleza, la sabiduría y la facultad de renunciar a todo. Estas características hacen fascinante a quien las posee. Así, nuestra propia experiencia nos dice que la fascinación procede de
1) la riqueza,
2) el poder,
3) la fama,
4) la belleza,
5) la sabiduría y
6) la renuncia.
Hemos conocido a hombres ricos, poderosos, célebres, hermosos, eruditos o que se habían desprendido de las posesiones materiales. Pero, jamás en la historia de los hombres, hemos oído hablar de alguien que fuera a la vez infinitamente rico, poderoso, célebre, hermoso, sabio y desprendido, como lo es Krishna. Krishna, Dios, la Persona Suprema, es un personaje histórico que apareció en la Tierra hace 5.000 años. Vivió 125 años en el planeta y se hizo pasar por un ser humano exacto, pero Sus Actos no tienen igual. Desde el mismo instante de su Aparición hasta el de Su Desaparición, cada uno de Sus Actos fue único en la historia del mundo; también, cualquiera que comprenda lo que nosotros entendemos por la palabra Dios aceptará a Krishna como la Persona Suprema, el Propio Dios. Nada iguala a Dios ni nada Lo supera. Tal es el alcance de las famosas palabras: «Dios es grande».
Krishna, Dios, la Persona Suprema, posee un saber infinito jamás visto. Y, puesto que Su saber no tiene límites, Su memoria también es desmesurada.
Sri Krishna es Dios en Su forma primordial, y Sus otras Formas son todas expresiones completas, integrales de Su persona. En lo que se refiere a los seres distintos (las entidades espirituales llamadas también almas espirituales), son parte integrante de Dios, pero están separadas de Él. Por tanto, Sri Krishna es Dios en su Forma primera, el último aspecto de la Trascendencia, de la Verdad Absoluta, aunque Él ejerce un especial atractivo en los espiritualistas más evolucionados, que participan en Sus Distracciones eternos.
El Señor Supremo es el Absoluto único y no hay un segundo. No está obligado a cumplir con nada y Sus sentidos no tienen nada de material. Nada en Él es superior ni tampoco igual. Está dotado de diversos poderes, infinitos, con nombres diferentes, que viven en él como tantos otros atributos independientes de Su persona. De ellos proceden Su saber, Su poder y Sus Distracciones perfectos.
El saber de Krishna tiene una perfección tal que Él se acuerda de detalles de Sus Apariciones de hace millones o, incluso, millardos de años; pero la memoria y el saber de los seres humanos se encuentran limitados por el tiempo y el espacio.
Puesto que Krishna es infinitamente fascinante, cada uno debe tener consciencia de la necesidad de orientar hacia Él todos sus deseos. El Bhagavad-gita nos enseña que el individuo es el maestro, el poseedor de su propio cuerpo, pero que Krishna, que no es otro que el Alma Suprema que se encuentra en el corazón de cada uno, representa al Maestro y Poseedor supremo de todos los cuerpos. Es así como dirigimos a Krishna, y solo a ÉL, nuestra tendencia a amar y, enseguida, se instalarán de un golpe el amor universal, la unidad y la paz.