Aprendamos a Conocer al Padre Eterno
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La Brahma-samhita describe también la Morada suprema de Sri Krishna, el Señor Soberano, como el Reino de cintamani. El Reino de Sri Krishna, Goloka Vrndavana, está repleto de palacios de cintamani, la piedra filosofal. Allí los árboles son árboles de los deseos y las vacas, que llevan el nombre de surabhi, dan leche en abundancia. El Señor es servido por cientos, miles de diosas de la fortuna. Se le llama Govinda, el Señor original y es la Causa de todas las causas. Allí, el Señor toca Su flauta, Sus ojos parecen pétalos de loto y la encarnación de Su Cuerpo recuerda a una bella nube. Una pluma de pavo real adorna Su cabeza. Resulta fascinante porque Su belleza supera a la de miles de Kandarpas (Cupidos). Aunque en la Bhagavad-gita solo da una breve visión de Su Morada, planeta supremo del mundo espiritual, en el Srimad-Bhagavatam Él aparece de verdad con todo Su entorno y desvela Sus Distracciones a Vrndavana, después a Mathura y a Dvaraka. El material de esta obra irá revelando todas estas cosas de manera progresiva.

Así, cada uno, sea cual fuera su condición, tendrá que desarrollar dentro de sí mismo una atracción para escuchar todos los planes de Krishna y Sus Distracciones, porque Krishna no es otro que la Verdad Suprema y Absoluta, Dios, la Persona Suprema. Presente en todas partes, Él vive en el corazón de cada persona, pero también reina en su forma universal. A veces, y la Bhagavad-gita lo enseña, Él desciende al seno de la sociedad humana en Su Forma original para invitar a todos los seres a que regresen a Su Morada absoluta, a recuperar su verdadero hogar, junto a Él, su Señor. Todos deberán sentir el deseo de conocer a Krishna, y ese es, por tanto, el fin de la presente obra: ofrecerles a los hombres que conozcan a Krishna y, de este modo, permitirles obtener beneficios de todas las ventajas de la forma humana.

El resplandor del cuerpo universal de Dios se extiende hasta el infinito. Igual que el sol, un astro localizado cuyos rayos se extienden en todas las direcciones, la Verdad Absoluta es Dios, la Persona Suprema, pero el resplandor de Su energía, el cuerpo universal se extiende hasta el infinito. De ese cuerpo universal procede la creación, igual que los rayos del sol generan una nube. De esta nube proceden las lluvias y de las lluvias, la vegetación que, a su vez, da origen a los frutos y a las flores, que forman los cimientos de la existencia de muchas otras formas de vida.

De modo parecido, el brillo irradiante del cuerpo del Señor Soberano es el origen de la creación de miríadas de universos (galaxias). El resplandor de ese cuerpo universal es de esencia impersonal, pero tiene como fuente al Señor Supremo, Dios, que vive en Su reino eterno y nunca deja de ser una persona. Sin embargo, los Upanisads afirman que hay que atravesar ese brillo impersonal para ver el rostro del Señor.

Dios es la fuente original de todo lo que existe, el continente y el contenido de TODO, la causa de todas las causas, la simiente original de todos los seres y la esencia de la vida. Él es la fuente y el depósito del amor, de la bondad, de la felicidad, de las bendiciones, de todas las cualidades y de todos los placeres. Él es la llave esencial de la liberación espiritual, de la pureza y el distribuidor del saber y de la vida eterna.

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