El camino hacia la liberación, hacia la verdadera libertad
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Los deberes prescritos pueden ser de tres tipos: deberes rutinarios, deberes de emergencia y ocupaciones deseadas.

Los deberes rutinarios se realizarán según las normas de los Vedas, las sagradas escrituras originales, y sin apego a los frutos que de ellos se deriven. Puesto que se trata de deberes impuestos, realizarlos es una cuestión de virtud.

Por otra parte, la acción realizada con vistas a sus frutos conduce a la esclavitud y, por tanto, debe considerarse altamente perjudicial.

Todo el mundo tiene derecho a cumplir con su deber, pero nadie debe actuar nunca con la vista puesta en los resultados. Cumplir las obligaciones con espíritu de desapego es dar un paso seguro hacia la liberación espiritual.

Por lo tanto, el Señor nos aconseja actuar por deber, sin apegarnos a los frutos de la acción. No querer actuar o no querer actuar es otra forma de apego. Buenos o malos, los apegos materiales son siempre causa de servidumbre y en modo alguno pueden ayudarnos a liberarnos de nuestra condición material.

La inacción, por otra parte, es reprobable. Así pues, el único camino hacia la salvación es actuar como lo exige nuestro deber. Todos somos siervos eternos de Krishna, Dios, la Persona Suprema. Por eso nuestro deber original, natural y eterno es servirle con amor y devoción. Debemos atenernos a esto.

Querer disfrutar de los frutos de nuestras acciones también nos obliga a aceptar las consecuencias resultantes.

El Señor dice: «Tienes derecho a cumplir los deberes que te corresponden, pero no a disfrutar del fruto de tus obras. Nunca creas que eres la causa de las consecuencias de la acción, y en ningún momento busques huir de tu deber».

Cada uno debe prestarse al trabajo que corresponde a su propia naturaleza.

Por ejemplo, uno puede sentirse atraído por el deber de un sabio erudito, que está bajo la virtud, pero si uno no está gobernado por naturaleza por la virtud, no debe imitar al sabio erudito en sus actividades, porque corremos el riesgo de engañar a muchas personas.

Debemos actuar sólo para satisfacer a Krishna, Dios, la Persona Suprema. Todo acto encaminado a la satisfacción personal está vinculado a la materia. Por eso cada uno de nosotros debe realizar actos correspondientes al atributo y modo de influencia de la naturaleza material; virtud, pasión o ignorancia, específica que marca su existencia y decide actuar sólo para servir a la causa suprema, la causa del Señor Krishna.

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