El camino hacia la liberación, hacia la verdadera libertad
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Recuperemos la posición que teníamos desde Dios, en el principio de todas las cosas.

Redescubramos nuestra conciencia original así como la posición natural original de servidores eternos de Krishna, Dios, la Persona Suprema, establecidos en nuestra verdadera identidad espiritual y eterna.

En el origen de todas las cosas, cuando el cosmos material aún no existía, las entidades espirituales o almas espirituales vivían con Krishna, Dios, la Persona Suprema, en su reino de conocimiento, bienaventuranza y eternidad, y le servían con amor y devoción. Estaban inmersos en una felicidad inefable, incesante, eterna.

Es en referencia a esta prestigiosa posición, en presencia de sus discípulos y apóstoles, que Jesús se dirigió al Padre Eterno en estos términos:

«Y ahora tú, Padre, glorifícame contigo mismo con la gloria que tuve contigo antes que el mundo fuera».

Si queremos vivir en el mundo real, el mundo espiritual, donde Krishna, Dios, la Suprema Personalidad de Dios es el único Monarca Supremo, donde la ansiedad, la angustia, el miedo, el sufrimiento, la tristeza, el mal y el tiempo no existen, donde la vida es eterno, y donde todos los seres que viven allí son eternamente jóvenes, entonces debemos imperativamente recuperar la posición espiritual, natural y original que teníamos con Dios, antes de que existiera el universo material.

Al redescubrir la posición natural original de los servidores eternos de Dios, debemos también, con toda naturalidad, adoptar la actitud y el modo de vida que sea apropiado, y que los seres que viven en el mundo espiritual manifiestan y ofrecen al Señor permanentemente con un gran entusiasmo. gran placer.

Debemos abandonar absolutamente el modo de vida materialista basado en la envidia y el deseo egoísta, donde la codicia es la base que mantiene al ser constantemente en la ignorancia de Dios y de la verdad existencial, y optar por aquello mucho más bello, más puro, más acorde. con nuestra posición como siervos de Dios, cuya base es el amor por el Señor, por el cual expresamos mediante pensamiento, palabra y obra los sentimientos y afecto que nos dejamos sentir hacia Krishna, Dios, la Suprema Personalidad de Dios. Constantemente le demostramos nuestro amor a través de la constante necesidad de agradarlo y hacerlo feliz. Hacerlo feliz es nuestra principal y única preocupación.

Entendamos, finalmente, que el abandono en Dios es el único deber de todos los seres. Dado que todo depende de la voluntad de Krishna, Dios, la Persona Suprema, nuestro único deber es entregarnos a Él, servirle con amor y devoción y buscar Su protección. Esta es la perfección de la existencia.

Por tanto, disfrutemos siempre de amarle, de obedecerle, de hacer su divina voluntad, de abandonarnos a él y de servirle con amor y devoción.

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