Los factores que estimulan el amor extático.

Los sublimes atributos del Señor Krishna, Dios, el Soberano Supremo, sus prodigiosos actos, su hermoso rostro sonriente, su magnífica sonrisa, su bellísima voz profunda, sus galas, sus guirnaldas de flores, su cuerno de búfalo, sus campanillas en los tobillos, su caracola, su soberbia flauta que derrama sublimes melodías espirituales, sus huellas (Krishna tiene cuatro signos especiales inscritos en las plantas de sus pies:

el rayo, el bastón del mahout, el estandarte y la flor de loto que, cuando camina, dejan una huella en el suelo), sus lugares de entretenimiento, así como Vrindavana (la aldea de la India donde Krishna desveló Su entretenimiento espiritual y absoluto en compañía de Sus devotos puros, hace 5.000 años. No hay diferencia entre este lugar terrenal y Goloka Vrindavana, en el mundo espiritual), su planta favorita «tulasi», sus devotos y las celebraciones periódicas que promueven el recuerdo de su Persona divina, estos últimos cantando continuamente las glorias del Señor, son algunos de los factores que estimulan el amor extático por Krishna.

Por lo tanto, el intercambio recíproco de amor entre los amados se denomina generalmente el sabor trascendente del intercambio de sentimientos amorosos entre el devoto y Krishna, el Ser Supremo, Dios.

Sea como fuere, no olvidemos que el logro de tales intercambios requiere primero establecerse en la constancia, en la etapa del sabor trascendental. La base misma del sabor trascendental es de hecho el intercambio de sentimientos amorosos, sirviendo las otras manifestaciones como auxiliares para el desarrollo del amor trascendental.

Hay, en verdad, cinco variedades de sabores espirituales.

La fase inicial es la del alma liberada de la contaminación material que aprecia la grandeza de Dios, pero no se compromete realmente en su servicio de amor. Esta es una fase de neutralidad apreciativa.

En la segunda fase, uno aprecia su posición de subordinación eterna al Señor Supremo, dándose cuenta de que uno depende por toda la eternidad de su misericordia inmotivada. Es la del eterno siervo de Dios.

En la tercera etapa del amor trascendental, intercambiamos sentimientos y afecto con Krishna, el Ser Supremo, en pie de igualdad, llenos de amor y respeto. A medida que avanzamos en este nivel, nos reímos y bromeamos en una atmósfera relajada. Estos son intercambios fraternales con la Persona Divina, libres de toda atadura. Uno casi olvida su posición inferior como alma separada, pero aún así siente el más alto respeto por Krishna, Dios, la Persona Suprema. Esta es la fase que le permite a uno considerar a Krishna como su mejor Amigo.

En la cuarta fase, el afecto fraternal mostrado en el nivel anterior se convierte en afecto paternal. A uno le gustaría entonces desempeñar el papel de un padre para el Señor. En lugar de adorarlo, el alma separada se convierte en objeto de adoración del Ser Supremo, que entonces depende enteramente de su devoto puro y confía en él para su «educación». El devoto alcanza entonces el nivel en el que puede abrazar al Señor e incluso cubrirle la cabeza de besos. Así es como se manifiesta el afecto paternal por Krishna, Dios, la Persona Suprema. Es este afecto el que le permite a uno ver a Krishna como su propio Hijo.

La quinta fase permite un verdadero intercambio trascendental de amor conyugal entre seres queridos. Es en este nivel que Krishna y las gopis, las jóvenes de Vraja, se contemplan mutuamente en un intercambio de miradas afectuosas, movimientos de cejas, palabras dulces y sonrisas encantadoras.