Las cualidades correctas, la actitud correcta, el comportamiento idéal
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En Krishnaloka, el planeta supremo donde Krishna reside permanentemente y del cual Él nunca sale, nadie es inferior o superior en las trascendentales relaciones intercambiadas con el Señor, ya que en el reino absoluto todo tiene el mismo valor. Sin embargo, a pesar de la naturaleza absoluta de tales relaciones, existen diferencias trascendentales entre ellas. Así, la relación puramente espiritual basada en el amor conyugal se considera la perfección más alta.

Preciso para todos los efectos, que las relaciones sexuales no existen en el reino de Dios. Allí sólo se expresan e intercambian sentimientos en su pureza.

No somos del universo material, sino del mundo espiritual.

Todos somos, en verdad, chispas espirituales que participan de la misma naturaleza que el Señor Krishna. Todos venimos del resplandor que emana del cuerpo espiritual de Krishna, y como tal, somos pequeños fragmentos de su Persona Divina, partes integrales de su Supremo Ser Espiritual. Somos pequeñas partículas de Krishna, también llamadas almas espirituales, pero Él es infinitamente grande.

Krishna tiene innumerables energías, pero emergen tres energías principales: la energía interna o energía de la Bienaventuranza, la energía externa o energía material mejor conocida en su forma de naturaleza material, y la energía marginal a la que todos pertenecemos.

En el origen de todas las cosas, todos vivimos con Krishna, Dios, la Persona Suprema, en su reino, y allí lo servimos con enorme amor y devoción. Todos somos sus siervos y siervas eternas. Nuestro hogar original está en el mundo espiritual, en uno de los innumerables planetas espirituales.

Así que volvamos allí, porque sólo estamos de paso por el universo material.

Por eso se dice que Krishna es «el más grande», porque Él es Infinito y Absoluto.

Cualitativamente, somos idénticos a Él, pero no cuantitativamente, porque Él es Absoluto. Debido a nuestra naturaleza espiritual, sólo podemos experimentar la felicidad verdadera, permanente e incesante en el mundo espiritual, donde abundan los planetas espirituales, porque es allí, a través de Su energía de Bienaventuranza, donde Krishna la distribuye a todos los seres que viven cerca de Él, en contacto con Él.

Todo en el mundo espiritual tiene el don de expresarse, de moverse, de oír y de ver, en una existencia de felicidad absoluta y eterna. Cada palabra es una canción, y cada paso una danza. Nadie puede entrar en el mundo espiritual si no ha desarrollado perfectamente su actitud devocional hacia el Señor Krishna.

En el mundo espiritual, los devotos de Krishna le sirven como sirvientes, amigos, padres, madres o esposos, y todos disfrutan de una opulencia igual a la del Señor Krishna. Esta es una clara indicación de la sublime misericordia del Señor hacia Sus devotos. El Maestro Supremo y los sirvientes son diferentes y, sin embargo, poseen la misma opulencia.

Existe una armonía perfecta entre todos los habitantes del reino de Dios, y el Señor Supremo, Krishna. Intercambian constantemente sentimientos sublimes de la más alta intensidad, de los que emanan efluvios de felicidad sin parangón, permanentemente, incesantemente, eternamente.

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