El cuerpo humano, que puede otorgar todos los beneficios de la vida, se obtiene automáticamente por las leyes de la naturaleza material, aunque esto es un logro muy raro [pues es muy raro que un alma obtenga un cuerpo humano]. Este cuerpo humano puede ser comparado con un barco perfectamente construido que tiene al maestro espiritual como su capitán y las instrucciones de la Persona Suprema como los vientos favorables que lo empujan en su camino. En vista de todas estas ventajas, un ser humano que no utiliza su vida humana para cruzar el océano de la existencia material debe ser considerado el asesino de su propia alma.
Un trascendentalista que se ha disgustado y desesperado en todos los esfuerzos por la felicidad material, controla completamente sus sentidos y desarrolla el desapego. A través de la práctica espiritual, debe entonces fijar la mente en el mundo espiritual sin desviarse. Cuando la mente, estando concentrada en la forma espiritual, se desvía repentinamente de su posición espiritual, debe ser cuidadosamente puesta bajo su control siguiendo los medios prescritos. Nunca hay que perder de vista el verdadero propósito de las actividades mentales, sino que, conquistando el aire y los sentidos de la vida y utilizando la inteligencia fortalecida por la virtud, hay que poner la mente bajo autocontrol.
Un jinete experto, que desea domar a un caballo testarudo, primero deja que el caballo haga su propio camino durante un tiempo y luego, tirando de las riendas, lo coloca gradualmente en el camino deseado. Del mismo modo, el proceso supremo del yoga es aquel por el cual uno observa cuidadosamente los movimientos y deseos de la mente y los pone gradualmente bajo completo control. Hasta que la mente se fije en la satisfacción espiritual, la naturaleza temporal de todos los objetos materiales, ya sean cósmicos, terrestres o atómicos, debe ser estudiada analíticamente. Hay que observar constantemente el proceso de creación por la función natural progresiva y el proceso de aniquilación por la función regresiva.
Cuando una persona está disgustada con la naturaleza temporal e ilusoria de este mundo y se desapega de él, su mente, guiada por las instrucciones de su maestro espiritual, considera una y otra vez la naturaleza de este mundo y finalmente abandona la falsa identificación con la materia [ya no se identifica con su cuerpo]. A través de las diversas regulaciones disciplinarias y procedimientos purificadores del sistema de yoga, a través de la lógica y la educación espiritual o a través de la adoración de Mi Persona, uno debe comprometer constantemente su mente en recordarme a Mí, el objetivo último del yoga [de unión y comunión con Dios]. No se debe utilizar ningún otro medio para este fin. Si, debido a una inatención momentánea, un Trascendentalista comete accidentalmente una actividad abominable, entonces, por la propia práctica del Yoga, debe quemar hasta las cenizas la reacción del pecado, sin utilizar en ningún momento ningún otro procedimiento.