Palabras de Dios
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Cuando Dios, la Persona Suprema, viene a este mundo es para proteger a Sus devotos y destruir a los malhechores demoníacos, pero también para restaurar la espiritualidad y propagar el conocimiento espiritual en beneficio de todos los seres vivos.

El conocimiento espiritual tiene el efecto de cortar el nudo del corazón. El espíritu y la materia están unidos por el nudo del falso ego. El falso ego es el deseo de dominar la materia, pero también es el hecho de identificarse con su cuerpo de materia e ignorar que uno es, en verdad, un alma espiritual. Esta identificación del yo con la materia existe para todas las almas condicionadas por la materia y la energía ilusoria, y este nudo se hace cada vez más estrecho cuando las entidades espirituales conciben una atracción excesiva por los placeres carnales. El Avatar Rsabhadeva explicó a sus hijos que el universo material es un lugar de atracción entre los principios masculino y femenino. Esta atracción toma la forma de un nudo en el corazón, que se aprieta bajo la influencia del apego material. Para aquellos que anhelan las posesiones materiales, así como los lazos sociales, la amistad y el amor, este apego, este nudo, se vuelve muy fuerte.

Sólo las instrucciones que reviven el conocimiento espiritual pueden cortar este nudo y hacerlo pedazos. No se necesita ningún arma material, ya que sólo las auténticas instrucciones espirituales pueden vencerlo.

Cuando el Señor aparece en este mundo material, difunde el conocimiento espiritual para cortar el nudo de la identificación con la materia.

El Señor viene en persona al universo material para desvelar Sus entretenimientos espirituales y absolutos, como se manifiesta típicamente en Vrindavana, Mathura y Dvaraka. Él aparece con el único propósito de atraer a las almas condicionadas hacia Él, para que puedan regresar a su morada original en el mundo eterno. Pero debido a la falta de piedad, los que observan estos entretenimientos del Señor tienen poca atracción por ellos. Sólo los seres que han abandonado completamente el camino del pecado y sus consecuencias tienen acceso al sublime servicio de amor ofrecido al Señor. Todo el conjunto de prescripciones ritualistas védicas (de los Vedas, las sagradas escrituras originales) está precisamente destinado a entrenar a las almas condicionadas en el camino de la piedad, y al adherirse estrictamente a los principios establecidos para cada grupo de la sociedad, uno puede adquirir las cualidades de la veracidad, el dominio de la mente y los sentidos, la tolerancia, etc., y así ser elevado al nivel en el que el servicio devocional puro es posible. Sólo con esta visión espiritual se cumplen todas las aspiraciones materiales.

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