Bienaventurados los que adoptan el camino de la austeridad, pues ésta es, en verdad, la belleza y la riqueza de los devotos de Dios, y de la orden de renuncia a este mundo de la materia. La austeridad es el único objetivo de la existencia para todos los seres humanos, pues sólo ella permite la realización del verdadero ser. El objetivo de la existencia es precisamente la realización del ser, no la búsqueda del placer de los sentidos. Este camino de austeridad se estableció al principio de la creación, cuando Dios inspiró a Brahma, el primer ser creado y supremo maestro espiritual de nuestra galaxia, que lo adoptó primero. Sólo el camino de la austeridad permite disfrutar plenamente de la vida humana, a diferencia del estilo de vida animal de una civilización sofisticada. El animal no conoce nada fuera del placer de los sentidos, pues su única preocupación es comer, beber, dormir, aparearse, defenderse y disfrutar tontamente de la vida. El ser humano, por otra parte, está hecho para observar la austeridad y así volver a Dios, a su morada original en el reino del Señor Supremo.
Hay dos tipos de austeridades.
Uno tiene como objetivo el placer de los sentidos, y el otro la realización espiritual.
Muchos de los llamados espiritualistas o trascendentalistas se dedican así a duras austeridades, pero con fines egoístas, mientras que otros buscan, con su ascetismo, satisfacer los sentidos del Señor.
El Señor desea que cada una de sus partes integrantes (lo que cada uno de nosotros es) regrese a su reino divino para disfrutar de una existencia eterna de dicha. Este es el verdadero significado de la creación del mundo material.
Como Brahma estaba desconcertado sobre cómo crear las manifestaciones de la materia en el universo, bajó a las profundidades de las aguas para averiguar cómo y de qué se había manifestado el loto sobre el que estaba; fue entonces cuando escuchó dos veces la palabra austeridad. Cuando el discípulo adopta el camino de la austeridad, es un segundo nacimiento para él. Este segundo nacimiento en realidad acerca al discípulo Brahma a su Maestro Espiritual Supremo, Krishna, para que adopte el camino de la austeridad, lo cual hizo. Así, Brahma recibió la iniciación espiritual del Señor Krishna. Así, Brahma se convirtió en un devoto del Señor, incluso antes de que pudiera dar a la gigantesca galaxia «Vía Láctea» su configuración normal. Por lo tanto, basta con que los seres santos se dediquen al camino de la austeridad para alcanzar la perfección como Brahma.
El Señor nos dice que la más elevada de todas las bendiciones, que se ofrece como fruto de todas las austeridades, reside en la revelación de Su forma personal.
La más alta perfección del virtuosismo consiste en una percepción personal de las moradas del Señor, que puede ser alcanzada por todos aquellos que adoptan una actitud sumisa hacia el Señor entregándose a un ascetismo muy severo bajo Su dirección divina.
La más alta perfección de la existencia consiste en conocer al Señor a través de la percepción directa de su Persona, que Él concede por gracia.