La Ciencia Espiritual Pura
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conoce. Original, más antigua que cualquier elemento material, la antimateria permanece eternamente fresca y joven. Incluso cuando se pone en contacto con la naturaleza material, no está sujeto a sus leyes.

Krishna, Dios añade: «Ningún arma puede partir el alma, ni el fuego quemarla; el agua no puede mojarla, ni el viento secarla. El alma es indivisible e insoluble; el fuego no la alcanza, no se puede secar. Es inmortal y eterno, omnipresente, inmutable y fijo. Se dice que el alma es indivisible, inconcebible e inmutable».

Así es como Krishna, Dios, la Persona Suprema ha representado la partícula de antimateria, el alma espiritual, revelando sus atributos únicos. También describe todo un mundo de antimateria, más allá del universo material. Todo es eterno, consciente, conocedor y dichoso.

Todos los planetas del universo material son lugares de sufrimiento.

El Supremo Eterno dice: «Todos los planetas del universo, desde el más evolucionado hasta el más bajo, son lugares de sufrimiento, donde el nacimiento y la muerte se suceden. Pero para el alma que llega a Mi Reino, no hay más renacimiento».

Todos los diversos espiritualistas tendrán que alcanzar la perfección devocional en el servicio devocional en algún momento si quieren alcanzar la morada absoluta de Dios y no volver nunca al universo material. Incluso los que llegan a los planetas de los seres celestiales, los habitantes de los planetas edénicos y paradisíacos, los planetas materiales más elevados, permanecen atrapados en el ciclo de muerte y renacimiento. Porque mientras algunos ascienden desde la Tierra a los planetas edénicos, como Brahmaloka, Candraloka o Indraloka… otros se degradan y abandonan estos lugares de deleite para volver a la Tierra o a otro planeta similar. Si un ser progresa en su conciencia de Dios durante su estancia en planetas superiores, entonces pasará a planetas cada vez más evolucionados, hasta que, cuando llegue el momento de la destrucción universal, sea transportado al reino eterno de Dios. En el momento de la aniquilación del mundo, Brahma, el demiurgo y primer ser creado, y los que le rodean, todos constantemente absorbidos en la conciencia de Dios, obtienen, cada uno según sus deseos, uno u otro de los planetas espirituales.

Las cinco formas de aflicción que pesan sobre el alma encarnada.

El cuerpo está sujeto a cinco formas de sufrimiento: La ignorancia, la concepción material de la existencia, el apego, el odio y la obsesión, y mientras estos males pesen sobre el ser encarnado, le resulta imposible alcanzar los planetas espirituales.

Las cinco formas de ilusión.

Cubierta por la oscuridad, el alma encarnada y condicionada olvida su relación con el Señor Supremo y se ve abrumada por el apego, el odio, el orgullo, la ignorancia y la

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