resplandor ardiente de un incendio forestal, que pronto quema hasta las cenizas todas las viles serpientes que son los deseos materiales.
El ser vivo (el alma encarnada en un cuerpo humano, animal o vegetal) pertenece a la energía interna del Señor, y por lo tanto también es idéntico a Él, pero nunca lo iguala ni lo supera. Tanto Dios como los demás seres poseen su propia individualidad. Los seres espirituales distintos de Dios pueden también, con la ayuda de la energía material, ejercer algún poder creativo, pero ninguna de sus creaciones igualará o superará a las del Señor. Son sólo las mentes irracionales y dementes las que pretenden ser Uno con Dios, y así se dejan llevar por la energía ilusoria. En su extravío, no tienen otro recurso que reconocer la supremacía del Señor y dedicarse voluntariamente a su servicio amoroso, pues para eso fueron creados. Si no vuelven a este deber original, el mundo no puede conocer ni la paz ni la tranquilidad.
Quien se rinde a Dios y le sirve con amor y devoción, goza de la protección divina del Señor. Nadie puede tocarlo, y mucho menos hacerle daño. Krishna, Dios, la Persona Suprema en Su forma personal, primordial y absoluta, es, según las circunstancias y los lugares, referido por el Nombre de Visnu, que merece nuestra atención. De hecho, es en su forma de Visnu que Krishna, el Señor Original, desempeña su papel de apoyo o destructivo. El Señor Visnu es una emanación completa de Krishna, y es también a través de este aspecto de Su Persona que el Señor manifiesta Su omnipresencia. El deseo del Señor es ver que todas las almas encarnadas y condicionadas que vagan por la creación material encuentren su lugar con Él, regresando a su morada original en el reino eterno. Él les ayuda dándoles escritos espirituales y absolutos como los Vedas, las sagradas escrituras originales también llamadas «el verdadero evangelio», enviándoles santos y sabios, y Su representante, el maestro espiritual, Su servidor. Las escrituras sagradas, los santos y el maestro espiritual muestran una pureza absoluta, en la que ninguna influencia material puede arrojar la más mínima mancha sobre ellos. Si ocurriera que algún materialista obtuso por insensatez tratara de destruirlos, entonces la protección del Señor se extiende a ellos. El Señor omnipotente, que está presente en todas partes dentro y fuera de todas las cosas, neutraliza cualquier acto malicioso contra Su siervo puro. De este modo, protege a su devoto y a su devota.
El Señor da protección a todos los seres, pues es el Guía Supremo de todos. Su superioridad sobre los demás está marcada por el hecho de que Él, la única Persona Divina, satisface todas sus necesidades. Por lo tanto, quien lo conoce puede alcanzar la paz eterna.
El Señor da así protección a los seres de varios niveles a través de sus múltiples energías. Pero Sus devotos puros están protegidos por Él mismo, Su misma Persona.
Felices los que conocen la relación eterna entre Dios y todas las cosas, entre Dios y todos los seres vivos. Bendita es la familia en la que Krishna, Dios la Persona Suprema, coloca a un sabio, una gran alma. El nacimiento de un sabio siervo de Dios