La materia no es más que la manifestación de la energía inferior de Dios, la Persona Suprema. Los seres vivos son arrojados al seno de la naturaleza material, y allí desarrollan, bajo diversas condiciones, diferentes cuerpos, que son los frutos de sus actos pasados. Entonces el universo y las actividades de las múltiples variedades de seres comienzan a cobrar vida, y esto desde el principio de la creación. No se trata de la evolución progresiva de las especies. Todas las especies vivientes, hombres, animales, pájaros, plantas, etc., son creadas conjuntamente, junto con el universo, pues cuantos deseos habitaban en los seres condicionados en el momento de la destrucción anterior, se manifiestan inmediatamente en diferentes formas de cuerpos.

Además, los seres no intervienen de ninguna manera en estos mecanismos. Simplemente, su estado de conciencia al final de su vida anterior, en la última creación, se manifiesta de nuevo, y todo sucede por la sola voluntad del Señor. Tal es el inconcebible poder de Dios, la Persona Suprema. Finalmente, después de crearlas, el Señor no tiene contacto con las numerosas especies vivas: Él crea para satisfacer las inclinaciones de los distintos seres, pero nunca está Él mismo atrapado en la maquinaria de Su creación.

El infierno existe, es una región compuesta por muchos planetas infernales.

Enseñanza del Supremo Eterno.

El Supremo Eterno dice: «Cuando llega su última hora, ve a los enviados del señor de la muerte acercándose a él, con los ojos llenos de ira. Dominado por el miedo, orina y defeca. Al igual que un delincuente es detenido por las fuerzas del orden para sufrir su castigo, el hombre que se ha entregado criminalmente a los placeres de los sentidos es apresado por los Yamadutas (los servidores del señor de la muerte y juez de los pecadores), que lo atan por el cuello con fuertes cuerdas y cubren su cuerpo sutil (etéreo) para hacerle sufrir un severo castigo».

Hay tres tipos de actividades en el universo material, gobernadas respectivamente por la virtud, la pasión y la ignorancia. Como todos los seres están influidos por estos tres atributos de la naturaleza material, los frutos de sus acciones se dividen igualmente en tres grupos.

Quien actúa según la virtud es piadoso y disfruta de la felicidad.

Quien actúa bajo la influencia de la pasión obtiene una mezcla de felicidad y sufrimiento.

En cuanto al que actúa bajo la influencia de la ignorancia, siempre es infeliz y vive como un animal.